Se imaginan su ciudad sin semáforos? Amorebieta-Etxano jubiló los suyos en el año 2000. Fue una decisión municipal en silencio y que a día de hoy todavía sorprende a sus vecinos, que no habían caído en la cuenta. "¡Es verdad, si no hay semáforos! No me había dado cuenta", se fija Cristi, una zornotzarra que sale de una degustación.

Una década después de la eliminación, el jefe de la Policía Municipal, Josu Almazán, hace una valoración más que positiva de la apuesta de la entonces alcaldesa, la jeltzale Begoña Azarloza, y su equipo. "Es de las mejores decisiones que se han tomado para garantizar la seguridad del peatón", valoró ayer.

Amorebieta-Etxano son dos municipios que suman alrededor de 18.000 habitantes. El callejero zornotzarra soporta a diario más de 11.000 vehículos en el territorio local mayor de los 112 que hay en Bizkaia, un total de 58 kilómetros cuadrados. "Las campañas de concienciación -valoró el jefe de la Policía Local- posibilitan que la convivencia entre vehículos y peatones sea óptima. "Desde el Departamento de Policía siempre nos hemos mostrado partidarios de eliminar los semáforos y poner rotondas, así como elevar los pasos de peatones".

El éxito de la iniciativa -tal vez única en Euskal Herria en pueblos de esta envergadura- habla por sí sola justo una década después. Tomen nota: la disminución de accidentes ha llegado al 80%. "Sigue habiendo atropellos, golpes... pero la mayoría de las veces es por salidas de coches estacionados", matiza Almazán y agrega que Amorebieta-Etxano -como el resto de municipios vizcainos- tiene una asignatura pendiente que es "aprender a circular de forma correcta por las rotondas. Saber, por ejemplo, que la rotonda tiene prioridad".

No a los semáforos

Sí a las rotondas

La decisión zornotzarra ha demostrado que "se cruza antes una ciudad con rotondas que con cruces y pasos de cebra. Con las rotondas la fluidez es tremenda", subraya el jefe de la Policía Municipal.

Precisamente el cruce donde hoy se ubica la escultura de Nagel fue el principal motivo de estudio para eliminar los semáforos. Este punto era, sobre todo en jornadas de playa, un lugar donde confluían vehículos de Durangaldea y Arratia que se dirigían o volvían de Laida y Laga. Entonces, aún no existía la circunvalación de la población y todos y cada uno de los vehículos cruzaban la localidad.

Es más, aunque la ciudadanía lo desconoce, la Policía Municipal zornotzarra regulaba, in situ, el tráfico con un mando con un cable que portaba un agente. "Se colocaba al lado del jardín de Zelaieta y miraba qué calles estaban más colapsadas. Si había que dar paso a los de San Pedro, Gudari o San Miguel. En la calle San Pedro se hacían retenciones hasta donde está hoy el Lidl", rememora Almazán, que cuenta a su cargo con un total de 20 agentes municipales.

¿Se imagina el dinero que ha ahorrado el Ayuntamiento de Amorebieta-Etxano con la eliminación de los semáforos? "No se puede saber, pero mucho. Ya sólo en mantenimiento, una barbaridad. Para arreglar una avería, nos cobraban salida, kilometraje... Era mucho dinero". Y a ello se debe sumar el coste de personal de policía.

El ahorro también ha sido energético. "Sin lugar a dudas", confirma Almazán, quien anima a otros municipios a estudiar la viabilidad de eliminar los semáforos en sus localidades. "Aquí quedó uno, en Astepe, y costó que dejara de funcionar porque no era de competencia municipal. Quizá el poste continúa en su lugar".

El jefe de los municipales agradece a la ciudadanía la concienciación respecto a los pasos de cebra. "Los zornotzarras se tiran al paso de cebra porque saben que aquí se para, se respeta, porque tienen prioridad. Costó, pero es una realidad".