Los vecinos de El Peñascal serán protagonistas directos del diseño del nuevo barrio que se va a construir gracias al proceso participativo que se abrirá a partir de setiembre próximo por parte del Ayuntamiento de Bilbao.

Así se lo confirmó esta mañana de lunes el alcalde de la villa, Juan Mari Aburto, a los representantes vecinales que se acercaron a la inauguración de la reforma del espacio de la vaguada. El primer edil les ha indicado que "tras el verano se iniciará el proceso de participación ciudadana dentro del Plan Especial (PE) que estamos redactando para El Peñascal".

Una iniciativa consensuada con el Gobierno vasco con quien el Ayuntamiento de Bilbao va de la mano en la financiación a medias y que pretende culminar el proceso de regeneración más importante que se está llevando en los barrios de la villa.

Este documento urbanístico pretende acabar con el deterioro que sufre esta zona de aluvión en el sur de la villa y dotar a los vecinos de una calidad de vida digna. Los viejos bloques de viviendas construidos sobre inclinadas laderas sin accesibilidad más que por estrechas escaleras, muy antiguos y con humedades era imposible reformarlos por lo que se ha decidido tirarlos todos y construir nuevos bloques residenciales. Las previsiones iniciales del documento urbanístico es actuar sobre un total de 316 viviendas. El proceso de participación anunciado forma parte de la redacción del mencionado Plan Especial urbanístico que en estos momentos está detallando las opciones que ofrecerá a los residentes para su elección.

En declaraciones a este periódico, Asier Abaunza, concejal de área de Obras, Planificación Urbana y Proyectos Estratégicos, ha explicado que "cada una de las alternativas cuenta con sus ventajas e inconvenientes y serán las que se expongan a los residentes". Cada una de las opciones detallará qué viviendas son las que definitivamente se plantea demoler y reemplazar por bloques de viviendas nuevos.

Alrededor de 316 desalojos

Además se aportarán detalles de cómo quedarán los nuevos edificios residenciales, en qué ubicaciones se van a levantar, qué alturas van a tener y cuantas viviendas albergarán, si tienen más o menos fondo o que orientación será la preferida.

Con las previsiones actuales y a falta de concluyan el detalle de las alternativas el Plan Especial contempla derribar alrededor de 316 infraviviedas, 96 de las cuales ya fueron pasto de las excavadoras hace tres años.

Fue una primera intervención efectuada como prueba piloto hace casi cuatro años en la zona baja del barrio, en el área de Iturrigorri-Gardeazabal. Todos esos vecinos ya han sido realojados en el mismo barrio. En este avance también se contemplaba la construcción de un nuevo bloque de viviendas por parte del Gobierno vasco, un proyecto que se ha encontrado con problemas inesperados.

En concreto, la zona donde está previsto levantar el edificio, cerca de uno de los pocos parkings públicos con los que cuenta el barrio, los estudios geológicos descubrieron que la ladera que se encuentra por encima carece de la estabilidad necesaria con lo que se ha tenido que intervenir para asegurarla. De hecho, ayer mismo una excavadora estaba trabajando en esta intervención aseguradora que permita en breve a Visesa, como sociedad pública de viviendas, iniciar la construcción del nuveo edificio residencial.

Abaunza ha explicado a DEIA como "al iniciar la urbanización se detectó que la ladera era inestable, por ello se ha tenido que acometer una intervención complementaria de consolidación, cofinanciada por el Gobierno vasco y el Ayuntamiento, para que se sostenga sin problemas de cara al futuro".

La ubicación del barrio en una garganta con laderas de mucha pendiente no da opción a disponer de solares libres con lo que el PE prevé encadenar las operaciones de derribo de viejas infraviviendas y construcción de los nuevos edificios residenciales como fórmula de trabajo.

Así, cuando el bloque de 95 viviendas heredado de la primera fase de Iturrigorri-Gardeazabal esté concluido y disponible para habitar será el lugar donde se ubicarán a las primeras familias cuyas viviendas sean derribadas en una segunda fase. De esta forma quedará otro solar libre. Será en esta parcela donde Gobierno vasco y Ayuntamiento levantará un nuevo bloque residencial y donde irá otro grupo de vecinos que se habrá desalojado previamente y así sucesivamente hasta renovar todo el parque residencial cambiando infravivienda por nuevos hogares.

Acabar con las escorrentias

El documento urbanístico en el que se trabaja en el área de Asier Abaunza además va a contar con un apartado especial para conseguir que las escorrentías de agua que bajan de las faldas del Pagasarri cuando hay fuertes lluvias se conviertan en un recuerdo del pasado.

El concejal jeltzale ha recordado como estas escorrentias o torrentes que bajan libres por las laderas fueron una de las causas de la práctica desaparición del barrio en las inundaciones de 1983. "Determinar cómo se recoge ese agua y qué afección puede tener en el nuevo barrio es uno de los documentos del plan", ha asegurado.

De todas maneras no se trabaja de cero en este tema medioambiental. El Ayuntamiento de Bilbao ya actuó hace más de una década con la construcción de nuevas arquetas capaces de acoger mayor volumen de agua para ser derivado al arroyo Elgera que discurre soterrado por debajo de la calle principal de El Peñascal. "Con ello se consiguió que no se pudieran atascar en caso de que el agua llegara con mucha velocidad y que el agua no saltara de la arqueta a la superficie recogiéndose en su integridad en el arroyo", ha descrito Asier Abaunza.

Un cauce que además ya fue intervenido también por el Consorcio de Aguas a finales del siglo pasado creando un desvío del arroyo a través de una larga tubería que desemboca en el río Kadagua. "Así, la mitad del cauce va a un río y la otra mitad sigue por su curso natural hasta el Ibaizabal, de forma que estamos mejor preparados", ha apostillado concejal de área de Obras, Planificación Urbana.

Las previsiones de desarrollo del Plan Especial es que, tras el proceso de participación ciudadana, se abra un periodo para presentar alegaciones y tras estudiarlas redactar el documento definitivo con el objetivo de trasladarlo al pleno municipal para su aprobación definitiva. Abaunza espera cerrar este proceso "antes de finalizar el año", aunque hay que tener en cuenta, que, como cualquier otro documento de planificación urbana, se requiere incluir informes sectoriales y de evaluación medioambiental que dependen de entidades ajenas al Consistorio.