Pan soplado relleno de guiso y láminas de cogote. Es la original propuesta con la que el bar Sorginzulo se ha alzado con el primer premio del concurso de pintxos de bacalao del Casco Viejo bilbaino. “Hicimos pruebas con diferentes tipos de bacalao hasta que dimos con el correcto, un bacalao de calidad que resalta su sabor”, ha destacado este martes Iñaki Lazkano, cocinero y responsable del Sorginzulo.

El certamen, en el que han participado un total de 23 bares, cafeterías y restaurantes del casco histórico, también ha reconocido, con el segundo premio, el sabor tradicional del bar La Muga, de la calle María Muñoz, mientras que el premio de la votación popular ha sido para El Ciervo, de Askao.

El jurado ha destacado la cuidada presentación y combinación de los ingredientes del pintxo ganador, “sin perder el gusto del bacalao”, uno de los principales requisitos del concurso. Y es que, además del guiso de bacalao y las láminas de cogote, el bocado incluye esfera de guisante, alioli de ajo negro y crujiente de pimiento choricero.

“El pintxo juega con las texturas del guiso, gelatinoso, y el crujiente de la sémola en el plan soplado, además de potenciar el sabor del bacalao con las láminas del cogote”, explica el autor su autor.

El jurado, compuesto por cocineros, gastrónomos y comerciantes, ha destacado el “enorme buen hacer” de los fogones del Casco Viejo, la calidad del producto, la creatividad y originalidad de los pintxos presentados, así como el tirón que tiene entre los clientes del Casco Viejo bilbaino.

“La calidad del bacalao ha sido primordial. Los bares y restaurantes usan un excelente producto y se nota en el resultado final; por eso la decisión no fue nada fácil”, ha asegurado Luis Arbiol, responsable de Ultramarinos Gregorio Martín, la bacalada de Artekale, y miembro del jurado.