El primer acto simbólico de descontaminación de Zorrotzaurre ocurrió en el verano de 2009 en el solar del empresa Toldos Goyoaga, ubicado cerca del puente Frank O. Gehry. La última acción se definirá en octubre cuando se determine qué hacer con el último material acumulado en biopilas extraído en la finca de Cadenas Vicinay, si se lleva a vertedero o se reutiliza como relleno en las inmediaciones.

En estos doce años el proceso de esterilización de la isla se ha desarrollado sobre el terreno y también en los despachos y laboratorios. Ya en 2005 el Gobierno vasco, a través de Ihobe determinó la 52 parcelas en las que presuntamente había porquería industrial. A partir de 2008 se efectuó un estudio histórico, solar a solar, de la actividad desarrollada encima de cada parcela. El responsable de la Junta de Concertación de Zorrotzaurre, Juan Carlos Sinde, desvela que “se determinó qué contaminantes podían albergar para empezar a realizar la investigación in situ de manera más dirigida”. Un trabajo que descubrió cómo un terreno había albergado hasta cinco actividades industriales distintas.

Luego vino el proceso burocrático de permisos y licencias que el área de Medio Ambiente de Gasteiz ha vigilado constantemente. Con todos los deberes previos acometidos, la primera actuación de la (JCZ) se efectuó en 2014, con la extracción de un depósito enterrado en unos pabellones ubicados en los muelles de canal de Deusto. “Fue ya en 2016 cuando nos metimos a fondo y en estos cinco años largos no hemos parado de descontaminar”, acota Juan Carlos Sinde. En cuanto al solar mas complicado por acometer ha sido el de Cadenas Vicinay debido al gran volumen de hormigón que contenían las cimentaciones encontradas en el subsuelo y “cuyo tratamiento ha sido un handicap bastante relevante”, concluye Sinde.