Primero se mezclan los cuatro grandes: ron, tequila, vodka y ginebra, y empieza el juego por la elaboración de una bandera LGTB en forma líquida. Una base de frutos rojos por aquí, una de melocotón por allá, otra capa amarilla y verde con sabor a limón, una azul -que es simplemente una tonalidad- y culminan con una de mora. Así es el cóctel del bar Medikopa -que adopta su mismo nombre -, nacido de la mente creativa de su autor, Luis Rafael Blanco, antes de la iniciativa de Cócteles con Orgullo. Blanco, el responsable del local, explica su complicada elaboración, ya que este se realiza por fases: "Es como un frappé y cuesta que los colores queden equilibrados". Aunque pueda parecer fuerte de sabor, asegura que no lo es, porque los distintos sabores "aportan equilibrio". La idea se les ocurrió un día sin pensar en el Orgullo, se lanzaron, subieron la foto a Instagram y automáticamente la gente les pidió el cóctel sin conocer sus ingredientes. Es una bebida orientada al público LGTB, del que el establecimiento recibe mucho apoyo, pues el 65% de sus clientes forman parte del colectivo.

La ruta Cócteles por Orgullo forma parte del Open Auzoa, una serie de actividades gastronómicas, culturales y artísticas que se llevarán a cabo los meses de junio, julio y agosto de la mano de la Asociación de Comerciantes y Empresas de San Francisco, Bilbao la vieja y Zabala, con la colaboración de Bilbao Histórico y Bilbao Ekintza, para defender los derechos de las personas LGTB y apoyar la diversidad sexual y de género. En esta iniciativa participan 15 bares, desde el 24 de junio al 4 de julio de jueves a domingo, cada uno con propuestas de creaciones originales y diferentes.

Se trata de un peculiar e interesante proyecto para unir la gastronomía con la cultura y la diversidad. La gerente de la asociación, Begoña Castaño, asegura que otra de las intenciones es atraer a gente al barrio: "Desde San Francisco siempre se ha reivindicado. Otros años hemos hecho actividades y rutas de pinchos y este 2021 queremos hacer un guiño al colectivo LGTB". Según Iker Urkidi, de Bilbao Historiko, buscaban salirse de lo establecido, los pinchos, para realizar una iniciativa original. La apuesta, matiza Castaño, ya estaba pensada de antes: "Si tenemos coctelería y bares, ¿por qué no? De esta manera fomentamos la participación de los locales y publicitamos otras bebidas de distintos establecimientos y rutas que hemos impulsado en este Open Auzoa".

Medikopa, situado en el muelle Marzana, comenzó con los vermús, aunque ahora se dedican a los cócteles. En 2019 participó en diferentes actividades propuestas en el barrio y Blanco no duda en seguir haciéndolo los próximos años, cambiando de cóctel cada vez que pueda para apoyar los eventos. Es un joven con muchas ideas diarias, su cabeza nunca para de imaginar; él no sabía que su bebida Medikopa se mezclaría con el Open Auzoa. Descubrió la iniciativa dos meses antes de su celebración y se inscribió. Le anima apoyar a quien lo necesita y lo pasa mal. "Si a la gente le va bien seguramente a todos nos irá mejor", remata el camarero.

Para paladares atrevidos

A la petición de un Breakfree Tropical comienza la elaboración de otro de los cócteles que deleitará los paladares de los más atrevidos. La creación inspirada en la mítica banda Queen del bar Peso Neto lleva tabasco pero también notas dulces, ácidas y amargas, como zumo de piña, lima, ron, Schweppes, whisky, Cointreau y granadina. "Está pensado para aquellos que no buscan algo tan dulce como un mojito", explica desde la barra su creador. Agita y agita, el recipiente da la bienvenida a la mezcla y finaliza con una rodaja de lima.

El propietario del local, Juca Sisniega, manifiesta que siempre se apuntan a todas las propuestas. Desde la asociación de comerciantes, apunta, se "están proponiendo muchas cosas y hay colectivos que intentan mover gente, traer clientes a la zona y es complicado porque hay muchas cosas que funcionan y otras que no, pero a mí me encanta que la gente organice este tipo de proyectos para ver qué pasa. Además está relacionado con el Pride, que siempre mueve gente". Aunque piensa que el Ayuntamiento tiene una "visión residual de San Francisco". Para Blanco hay grupos que necesitan ser defendidos, incluso los inmigrantes, pero todos los días, "no solo cuando toca la celebración". Ironiza pensando que "tendría que vivir un futbolista en el barrio".

No todos tienen la misma visión. Para Constantino Torre, camarero del bar Almodobar, San Francisco ya no es lo que era. "El barrio ha dejado atrás la marginalidad. Hubo mucha droga en su día y lo sumió en la exclusión pero las cosas ahora están mucho mejor", se alegra. "La gente apuesta por su mejoría y los vecinos no merecen el eslogan de marginados". Aunque para Constantino, sobre todo, es fruto de la buena actuación de las asociaciones, ya que "hacen que la gente pelee por los que trabajamos aquí".

"Esencia de Bilbao"

Tanto es así que la zona ha pasado de la marginalidad a la modernidad. Lo constata "la gente creativa y alternativa que ha venido a vivir aquí y hay más diversidad. Apuestan por la esencia de Bilbao", explica Torre.

Las personas que acuden a su local le comentan el valor que han tenido en abrir un bar en la zona, pero el camarero les responde que ellos han sido los últimos en llegar y que se han tenido que adaptar a lo que es. Si han apostado por San Francisco es porque les gusta y porque es una zona que tiene "mucho que decir" todavía.

Almodobar no pudo participar en los eventos de años anteriores por problemas derivados de la pandemia, pero este 2021 ha vuelto con más energía que nunca. Su apuesta ha sido un cóctel hecho con vodka, Royal Bliss y Campari. Una bebida refrescante, interesante y fácil de tomar. Torre cree que es una mezcla que "puede encajar" en el Día del Orgullo: "Haremos todo lo que podamos por aportar e involucrarnos en estos eventos tan interesantes. Si seguimos abiertos participaremos en los siguientes años".

Blanco y Sisniega coinciden con el camarero y ambos no dudan de su involucración en próximos eventos. El responsable de Medikopa manifiesta que la pandemia ha hecho que el público se replantee viajar o salir, pero "si hay alguien que no se corta es el gremio del Open Auzoa y la gente que lo apoya". Él expone su interés y su incertidumbre, pues desconoce cuál será el apoyo de este año, pero sabe que si es más fuerte no dudará en estar presente durante los próximos años. San Francisco, matiza Sisniega, es un barrio que necesita ser escuchado y con gente muy potente: "Hay que incluir a todo el mundo".

Peso Neto tiene sus clientes de lunes a viernes y siempre son los vecinos de la zona los que le dan vida al local. A Almodobar le ocurre algo parecido: se ha ganado ya un nombre entre los bilbainos, que acuden a él a disfrutar de un buen rato entre amigos. Los tres hosteleros admiten que no pueden más que mostrarse agradecidos a su clientela porque, pese a todas las restricciones de la pandemia, han seguido apoyando sus locales.