La multiculturalidad siempre es enriquecedora y si la religión se mezcla por medio todavía lo es más. El barrio de Atxuri ha sido buena prueba de ello durante este pasado Ramadán, finalizado el jueves en todo el mundo musulmán, y también en Bilbao. La iglesia católica de la Encarnación ha sido uno de los dos lugares escogidos (el segundo fue la asociación Norai en Bailén) para entregar alimentos a familias musulmanas con escasos recursos cada vez que acababa el día y se rompía el ayuno obligatorio en este mes sagrado para la religión de Alá.En la iniciativa solidaria han participado diferentes colectivos y entidades locales en una clara muestra de que la diversidad no está reñida con la colaboración y la amistad.

El pasado martes la concejala de Cooperación y Convivencia, Itziar Urtasun, y la directora de Acción Social, Kontxi Claver, del Ayuntamiento de Bilbao, se acercaron a las inmediaciones del mencionado templo atxuritarra para dar apoyo a la iniciativa en la que se ha implicado también el consistorio.

Durante estas cuatro semanas que ha durado el Ramadán o Aid al-Fitr, los creyentes en las palabras de Mahoma de todo el mundo llevan a cabo un ayuno diario desde antes del alba hasta la puesta del sol, tomando su primera comida al acercarse la oración del anochecer.

De esta forma, cada tarde a estas personas con escasos recursos se les ha hecho entrega de bolsas con diversos alimentos para romper el ayuno que practican durante toda la jornada. Además de los kits, los voluntarios elaboraban cada tarde un gran puchero de la conocida sopa marroquí Harira, de gran tradición entre los fieles de ese país.

Miembros de las mezquitas bilbainas y personas voluntarias han sido las que han preparado y repartido a diario la comida entre los necesitados de este colectivo. La iniciativa ha sido organizada por la propia comunidad musulmana gracias a donaciones de sus miembros y las aportaciones del Banco de Alimentos.

En otras ocasiones, este reparto de comida se desarrollaba en las propias mezquitas, pero dada la situación sanitaria ha sido necesario realizar adaptaciones para mantener las medidas de seguridad además de entregar la comida en recipientes para llevar. La presencia del covid también ha supuesto que las comunidades islámicas de la Villa decidieran suspender el tradicional acto multitudinario que se celebra por el fin del Ramadán.

La iniciativa ha contado también con el apoyo de la diócesis de Bilbao y del Consejo Evangélico del País Vasco, y el acompañamiento del Consistorio en el marco de la Mesa de Participación de la Diversidad Religiosa.

Un mes de celebración. El tiempo de Ramadán o Aid al-Fitr, en lengua árabe, comenzó el pasado 12 de abril y después de transcurrir un mes de ayuno, el pasado jueves 13 de mayo, se celebró su finalización conocida como la fiesta pequeña (la gran fiesta es el Aid al Kebir o 'sacrificio del Cordero'). La celebración del Aid al-Fitr es comparable en el mundo católico con el periodo de la Navidad.