La musa de Dalí que emerge del interior del estanque del Palacio Euskalduna luce estos días en un ambiente más seco del habitual. La escultura de Terpsícore, la madre de las sirenas según algunas leyendas, es testigo de cómo el palacio de congresos muda las aguas de su pequeño embalse para proceder a la limpieza programada dos o tres veces al año.

Se trata de un procedimiento cuyo impacto medioambiental se ha conseguido reducir al mínimo. Desde 2018, tras conseguir los permisos requeridos, el estanque se llena con agua procedente de la ría. Ello ha permitido que el Palacio Euskalduna reduzca en un 48% su consumo anual de agua potable dando un paso más en su apuesta por la sostenibilidad.

Mientras el estanque se llena poco a poco a sus espaldas, Martin Sagasti, director técnico del Palacio Euskalduna, revela que esta actuación de captación y vertido de agua del Nervión se lleva a cabo desde 2018. "Fueron unas gestiones muy prolongadas en el tiempo", explica. No en vano, Demarcación de Costas gestiona todo lo referente a la lámina de agua, también captaciones y vertidos.

Sin embargo, "también compete a URA, que analiza en qué condiciones se vierte el agua". De hecho, Sagasti expone que "en la limpieza solo se utiliza agua a presión, sin ningún tipo de producto que pueda contaminar la ría". Además, el Ayuntamiento de Bilbao también interviene en las condiciones que tiene que tener el agua de los estanques.

De esa forma, tras vaciar el estanque, al agua que se recoge y se vierte a la ría mediante un conducto se le aplica el tratamiento exigido por URA. "Tiene unos filtros para separar los sólidos y se somete a una depuración que cumple toda la normativa", concreta Sagasti, ya que en ciertas épocas del año, debido a la polinización en primavera o por la caída de las hojas en otoño, se acumula mucho sólido en el fondo del estanque.

"Primero hay que vaciar el estanque y limpiarlo con una máquina específica", indica Sagasti sobre esta operación que se lleva a cabo entre dos y tres veces al año. Sin embargo, asevera que durante el ejercicio puede haber ciertos eventos que requieran de una limpieza extra.

De hecho, el sistema sostenible de captación y vertido de agua permite que se puedan organizar más eventos ya que antes de que se empleara el agua de la ría ejecutar todo el procedimiento con agua potable suponía un impacto medioambiental considerable.

"Solo en el vaciado para la limpieza, la cantidad de agua potable que se empleaba suponía el 48% del consumo anual del agua del Palacio Euskalduna", expone el director técnico sobre antes de concretar que cada vaciado supone cerca de 4.000 metros cúbicos de agua.

Así, durante cinco días seis personas han trabajado con maquinaria específica. "Es importante que el único producto que utilizamos sea agua a presión, para que el vertido que echemos a la ría no contamine", concreta Sagasti, quien indica que el llenado del estanque se realiza durante un día únicamente cuando la marea está alta.

"Además de la depuración, que son unos filtros que retienen los sólidos, tenemos un mantenimiento preventivo para hacer las limpiezas, eso se hace coincidir con la estacionalidad", indica el director técnico, quien revela que también hay una recogida manual diaria para limpiar objetos como latas o plásticos que pudieran arrojarse o caerse al estanque.