Un cielo estrellado que se puede ver desde las ventanas adornadas con plantas y animales exóticos decoran la fachada del convento bilbaino convento de la Inmaculada de la Concepción en el barrio de Zabala. Un homenaje que la artista Ruth Juan (Junita Makina) ha rendido a las monjas en un colorista mural de 100 metros cuadrados que decora las paredes de este edificio.

El proceso de trabajo se inició durante el desarrollo del programa municipal de BLV-ART, en septiembre de 2020, organizado con el propósito de destacar el papel de la cultura como uno de los elementos tractores para el desarrollo y la rehabilitación integral de Bilbao La Vieja y San Francisco. La artista Ruth Juan ha finalizado su intervención en los muros del bilbaino convento de la Inmaculada de la Concepción en el barrio de Zabala.

Este mural se suma así a otros que ya existen en el barrio. Estas intervenciones murales están impulsadas por el Ayuntamiento de Bilbao, dentro de la estrategia de revitalización y renovación del área urbana de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala.

En el mural la artista ha pintado una especie de estampitas con un imaginario de la vida dentro del convento con significado simbólico relacionado con las vestimentas y otros elementos, que pudo ver Ruth Juan a través de las fotografías de la vida privada de las monjas, reflejados en ventanas con plantas y animales exóticos que atraviesan los muros donde se puede ver el cielo estrellado porque justamente el edificio se sitúa en lo alto de una colina. Entre el cielo y la tierra. Ruth Juan ha explicado que para el diseño de esta obra se ha inspirado en una frase que leyó en una entrevista que se realizó a las monjas del Convento de Concepción: "Aquí arriba el Convento es como un agujero que se ha abierto en medio del cielo".

Según la propia artista es un homenaje a las monjas en clausura: "Quería hacerles un homenaje porque es una edificación con mucha historia. Durante la Guerra Civil les quemaron el convento y pudieron escapar gracias a la ayuda de unos guardias y milicianos, son las vecinas más antiguas del barrio, han hecho una labor social importante y son muy queridas por las vecinas y vecinos".

La artista Ruth Juan reside en el barrio bilbaino de San Francisco desde hace 10 años y, ahora, incorpora al paisaje urbano de la zona un nuevo mural de grandes dimensiones que ha realizado en el muro del citado convento.

El trabajo de Ruth Juan se centra en lo urbano, en lo cotidiano, en las problemáticas sociales y en los proyectos colaborativos. Becada por la Fundación Bilbao Arte en 2013, creó allí su primer libro ilustrado, Bilbao La Vieja, espacio de tolerancia. Actualmente, emprende diferentes proyectos como ilustradora freelance y es la creadora de la marca Junita Makina. Su trabajo abarca desde ilustraciones para libros hasta vinilos infantiles o trabajos de imagen gráfica y coloristas murales, 4 de ellos, de hecho, ubicados en espacios de Bilbao La Vieja, como el bar Marzana, la calle Bailén y este nuevo del Convento de la Concepción.

El proceso de trabajo de Ruth Juan en los muros de este Convento se inició durante el desarrollo del programa municipal de BLV-ARTen septiembre de 2020. BLV-ART, organizado anualmente por el Ayuntamiento de Bilbao, con el propósito de destacar el papel de la cultura como uno de los elementos tractores para el desarrollo y la rehabilitación integral de Bilbao La Vieja y San Francisco. "Con este tipo de iniciativas insistimos en la importancia que tiene la cultura en la transformación de esta zona de Bilbao La Vieja. Así, además, apoyamos a la gran comunidad artística que se ha generado en este entorno, un gran número de agentes culturales de la villa que viven y trabajan en estos barrios", explican desde el Consistorio bilbaino.

CONVENTO DE INMACULADA CONCEPCIÓN

El Convento se inauguró en 1861. Al inicio de la Guerra Civil, el 20 de julio de 1936, grupos armados entraron en él y lo quemaron, obligando a las monjas a que lo abandonasen. Las religiosas pudieron escapar gracias a la benevolencia de algunos guardias y milicianos y, en 1946, el conjunto fue reedificado y reinaugurado en 1957 en pleno corazón del barrio de Zabala.