El Ayuntamiento de Bilbao se sumó ayer a los actos por el Día Internacional de las Personas Mayores con un homenaje a los presidentes de las asociaciones de jubilados y pensionistas de la ciudad, que este año dejan sus cargos, y con la entrega de los premios Bilbao+60, que reconocen la dedicación y entrega de ciudadanos mayores de 60 años destacados por su contribución a hacer de Bilbao y sus barrios "un lugar más amigable para vivir". Las personas mayores de 65 años suponen el 22% de la población de Euskadi, 3,6 puntos más que en 2008, con lo que este colectivo integra a 486.738 ciudadanos. De ellas, 112.531 personas viven solas, algo más del 23%, según los datos hechos públicos este jueves por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat. En Bilbao, una de cuatro personas son mayores de 65 años.

En un momento en el que los mayores protagonizan la cara más dura de la pandemia el reconocimiento a este colectivo adquiere aún mayor protagonismo.

El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, recibió ayer a una representación de este colectivo en el Salón Árabe. En su intervención, se comprometió a impulsar el envejecimiento activo y a seguir trabajando "para consolidar Bilbao como una verdadera ciudad amigable con los mayores, una ciudad accesible, con servicios de calidad, prestaciones sociales adecuadas a la realidad, equipamientos públicos y con igualdad real de derechos".

También se dirigió a todos los bilbainos "de más edad" para destacar que su participación en la villa resulta "fundamental" para consolidar un Bilbao "inclusivo" porque quiere seguir viendo la ciudad "con un colectivo de personas mayores activo, participativo, con salud, trabajador, con ganas de hacer y de enseñar, reclamando su espacio, y con la preocupación por dejar una sociedad mejor a las generaciones venideras".

María Antonia Montiel Blanco, de 88 años, una de las premiadas encarna con creces las palabras del alcalde. Propuesta para este reconocimiento por los vecinos de Basurto, su trayectoria vital marcada por una gran entrega social le sigue acompañando. Acogió a los gallegos cuando vinieron a construir Mazustegi, enseñó a los soldados que vinieron a Garellano y así fue tejiendo un entorno solidario que en esta última pandemia le tuvo ocupada fabricando mascarillas y atendiendo a otros mayores que necesitaban de su ayuda. "He visto mucha soledad y tristeza en la gente mayor durante estos meses", señaló.

A Txetxu Lombardero, médico pediatra que a sus 67 años sigue desempeñando su profesión en Osakidetza y preocupándose de una manera muy proactiva por la salud de sus vecinos y vecinas, señaló que "realmente mi dedicación ha sido a los hijos y a los nietos de esos mayores que ahora me han reconocido y a los que agradezco mucho este premio".

Luciano Pérez, el tercer galardonado, ingeniero industrial y bilbaino por los cuatro costados, este reconocimiento es "el más importante que he recibido en mi vida porque es a una trayectoria personal y me lo dan en mi ciudad". Decano presidente de los ingenieros industrial, Azpiazu aseguró que "tenemos toneladas de juventud acumuladas y por ello mucho que aportar".

Asimismo, José Antonio Rodríguez, de la asociación de jubilados y pensionistas Unidad Progresista AMUBI que presta su apoyo para que ningún ciego esté lejos de otros ciegos y se sientan implicados en la sociedad, Pablo Basarte Folla, de la asociación de jubilados de pensionistas de Basurto- El Deporte; y Colette Irene Burdin de la asociación de jubilados y pensionistas de Larraskitu-Parque Berria, recibieron el reconocimiento a un trabajo desinteresado.