IDO prestada la voz al pueblo que modificó a su antojo la letra de la canción de Julio Iglesias para tararearles aquello de "unos que vienen y otros que se van..." (en realidad la canción no lo dice así en ningún momento...) como banda sonora de la crónica de hoy. Llega -para mayor puntualización, regresa...- el café Iruña que ayer volvió a abrir sus puertas tras más de medio año en la oscuridad por obras de reforma y estragos del covid y entonan el adiós Carlos Ramos, José Andrés, Salomón, las tres voces ocurrentes e improvisadoras del show Corta el cable rojo que ayer aprovechó el día de descanso del musical Cruz de Navajas en el Teatro Arriaga (la afluencia se bambolea en un sube y baja constante sin hundirse ni reventar la taquilla...) para hacerse un hueco. No volverán pero dejaron buen sabor de boca, similar al recuperado por Bilbao con la reapertura del histórico café.

Así es el renovado café Iruña. Fotos de José Mari Martínez

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Así es el interiori de renovado Café Iruña de Bilbao

Digamos que de momento se atiende solo en el salón principal pero que en breve se servirá un menú ejecutivo en el salón interior. La reforma realizada baña de luz y comodidades el histórico café que fundó Severo Unzue en 1903 y que reformó Iñaki Aseguinolaza en 1980. Es el último de su estirpe o casi, uno de los escasos cafés de vieja escuela que le quedan a Bilbao. Quienes ayer se acercaron a darle la bienvenida, con Gaizka Aseguinolaza, Amaia Aseguinolaza y su madre, Alicia Garmendia, al frente, elogiaron el relucir de un local que parece sacado de un elegante estuche de terciopelo, todo una joya hostelera. Pudieron disfrutar de un menú del día que ofrecía tres platos por banda (primeros: brick crujiene con delicias de verdura, crema de calabaza picosa o Wok N' roll de tallarines y migas de pato a la cerveza; segundos: bonito al carbón con virutas de cebolla frita y sésamo tostado, setas variadas a los dos quesos -Idiazabal y Roquefort- o medallones de solomillo ibérico con patatas y ajos confitados. De postre daban a elegir entre un milhojas de hojaldre y crema pastelera, frutas del tiempo con couils de fresa o pera aromatizada y espuma de caramelo) y una atención de primera. "Algunos pensaban que no iba a abrirse jamás, no sé bien por qué" aseguraba Ignacio Cano, gerente del grupo Iruña, con una sonrisa deeste a oeste dibujada en su rostro. "¡Mira, mira, que ya está abierto!" exclamaban los paseantes que se detenían al ver el resplandor del renovado local. Yolanda del Hoyo o Iñigo de la Fuente, entre otros, madrugaron para visitarlo el primer día de luz.

Han dejado huella a su paso, ya se lo dije, pero las voces que ayer se aplaudieron en el Teatro Arriaga no volverán a escucharse esta temporada. Una pena. El guion se crea al momento a partir de las sugerencias del público. Una situación mágica. Los actores muestran historias que parten de la nada, componen canciones al instante, hacen juegos malabares de palabras, utilizan efectos sonoros y crean personajes únicos. El objetivo es que el público estalle€ ¡en carcajadas! Todo en directo y en exclusiva, porque lo que ocurra una noche, nunca se volverá a repetir.

A la cita con un escenario que no requiere otra preparación que una gran pantalla como telón de fondo asistieron, entre otros, Irene Rodríguez, Carmen Olabarria, Rubén Ortega, Edurne Giménez, Itxasne Ituarte, Belén Martín, Ignancio Giménez, Jon Erreka, Ana Lacalle, Jon Astobiza, Puy Lacalle, Ascensión Ansorena, Blanca Lacalle, Héctor Lago, Juan Manuel Gómez, Ruth Alday, Imanol Francia, Patxo Otxoa, Floren Septien, Idoia Linaza, Roberto González Zubeldia, Mikel Gordejuela, Miren Zabala y un buen número de asistentes que disfrutaron con el tour de force de los actores y autores de una pieza que ya crearon en 2011 y que, desde entonces, han desplegado por un sinfín de escenarios sin repetir ni un solo día. El cable rojo era el destinado para desactivar la bomba del aburrimiento. Bien que lo sabían.

El show improvisado 'Corta el cable rojo', con voces reconocidas de Paramount Comedy, cautivó al público del Teatro Arriaga

El café Iruña reabre sus puertas tras más de medio año cerrado merced a las reformas realizadas y los estragos del covid-19