- Fue una noche tranquila. El llamamiento liderado por el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, y secundado por todos los grupos políticos y otros sectores sociales, para evitar las concentraciones y las celebraciones en estos momentos fue asumido por la ciudadanía con responsabilidad. Así, Bilbao pasó su primera noche sin fiestas en calma y sin incidentes reseñables.

La Policía Municipal sancionó a tres locales de hostelería por incumplir la Orden de la Consejera de Sanidad con respecto a los horarios, pero ésta fue la única nota disonante de una semana que pasará a la historia de la villa por el confinamiento de Marijaia.

Ayer también pasó a disposición judicial el joven que la noche del viernes se tiró a la ría para evitar ser arrestado por la Policía de Bilbao acusado de realizar tocamientos a una chica.

Son las últimas fiestas grandes de las capitales vascas que se suspenden este año aunque aún quedarán otros municipios de Euskadi por cumplir con este requisito obligatorio en estos tiempos de pandemia.

Quizás porque hay antecedentes de que la celebración de las no fiestas, término acuñado para referirse a estas fechas, ha acarreado más de un problema desde que el Ayuntamiento de Bilbao decidió suspender la Aste Nagusia, el alcalde ha liderado una campaña de concienciación para inculcar a la ciudadanía la necesidad de no realizar ningún acto paralelo que pudiera suponer una alternativa a las fiestas por el riesgo intrínseco que suponía la reunión de grupos numerosos en la propagación del covid-19.

De hecho, y para reforzar este compromiso institucional durante los nueve días que duraría la Aste Nagusia, el Consistorio clausuró todos los actos previstos dentro del plan de revitalización de la villa durante este verano.

El alcalde de Bilbao confía en que, durante los días en los que se debería haber celebrado la Aste Nagusia, no sea precisa la actuación policial “por el incumplimiento de las normas”, pero advirtió en distintos foros que “quien pretenda algún tipo de concentración festiva” en la villa tendrá “la sanción correspondiente”. Además, en una entrevista concedida a DEIA apeló a “la responsabilidad” de los ciudadanos porque “todos” deben ser “parte de la solución del problema sanitario”.

La decisión, apoyada por todos los partidos municipales y plasmada en un acuerdo “para no autorizar ninguna actuación”, no cayó en saco roto en la ciudadanía. “Pedimos a todos los agentes que no organicen nada. No necesitamos ninguna invitación o fomento de grupos de gente en las calles en tono festivo”, señaló.

Ayer mismo jóvenes que se encontraban en Bilbao reconocieron que “a pesar de que nos da mucha pena, no es cuestión de plantearnos ninguna alternativa es lo que hay y lo exige la salud”. Otros, a regañadientes, lamentaban que para la juventud “a las doce se acaba la noche y no sabemos qué hacer”.

Pese a las posturas encontradas entre la población, lo cierto es que la imagen de miles de personas celebrando las fiestas solo fue un recuerdo y anhelo de que un próximo año Marijaia deje el confinamiento y se celebre una edición más que especial de Aste Nagusia. Ayer pasó su primera prueba de fuego con sobresaliente.

Denuncias. Tres locales de hostelería fueron sancionados por no respetar las normas que recoge la orden dictada por la consejera de Salud, Nekane Murga.

A disposición judicial. El viernes un joven se tiró a la ría para intentar que la Policía Municipal no le detuviera. Ayer pasó a disposición judicial.

Para evitar las aglomeraciones se han suspendido los actos programados durante los nueve días que duraría la Aste Nagusia y que estaban previstos dentro de la ‘nueva normalidad’ de este atípico verano.