Bilbao - Muchas de ellas ni siquiera tuvieron la oportunidad de sostener a sus hijos en brazos antes de que les fueran arrebatados. Se estima que son cerca de 300.000 personas las afectadas por la trama de bebés robados, una práctica ilegal que se alargó entre los décadas de los 50 a 90 del siglo pasado en el Estado. La exposición Encontrarte. Artistas por la verdad y la esperanza, inaugurada ayer en la Sala Abando, pretende simbolizar el dolor de esas madres y sus familias en una búsqueda que aún no ha cesado a través de 24 lienzos realizados por artistas locales. El objetivo principal de la muestra es cambiar la legislación para que el delito se convierta de lesa humanidad y no prescriba.

Con el apoyo de la Asociación contra la impunidad de las Desapariciones Infantiles en todo el Ámbito Nacional (Avidna) y el apoyo de la Secretaría General de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación del Gobierno vasco, la exposición es el arranque de un proyecto que persigue utilizar el arte como forma para canalizar sus reivindicaciones. "No lo queremos centrar en historias personales", aseguró Nistal Mayorga, pintora y comisaria de la exposición poco antes de la inauguración. "Soy una afectada que busca a su hermana. Llevo ocho años y medio en esta lucha con diferentes asociaciones", indicó la artista que forma parte de la asociación vasca Itxaropena, además de ser la secretaria de Avidna.

"Nuestra intención es luchar a nivel administrativo para conseguir que vayan cambiando las leyes. Los casos prescriben porque no hay robo de bebés como tal, hay tráfico de personas y secuestro, delitos que prescriben a los 18 años", reveló la comisaria de la exposición, que estuvo presente en la reunión que mantuvo la Avidna en la recepción que el Papa Francisco les ofreció el pasado verano. "Hemos estado en el Parlamento Europeo y desde ahí han dado un tirón de orejas al Gobierno español, pero no hace ni caso. El objetivo es que el delito se a lesa humanidad y que no prescriba", apuntó la comisaria de la muestra, quien argumentó: "Si mi hermana no ha aparecido, el delito se sigue perpetrando, con lo cual no tiene mucha lógica que prescriba con las pruebas que tenemos".

Nistal Mayorga es en realidad el nombre artístico de Ana Belén González, que también participa en la muestra a través de un óleo sobre lienzo titulado El vacío de tu ausencia. Hasta la fecha nunca había querido mezclar su arte con su lucha. Sin embargo, el año pasado entró en contacto con el pintor Roberto Zalbidea, quien le animó a fraguar la aventura que ayer vio la luz. "La causa le parecía muy justa", reveló. Se pusieron manos a la obra en febrero del año pasado. "Él iba a ser el comisario y yo, su mano derecha. Cuando nos confirmaron que el Papa iba a recibirnos fue un espaldarazo, pero también nos urgió preparar la exposición", contó Nistal Mayorga. "Por desgracia Roberto Zalbidea falleció en septiembre. Nos tocó tomar una decisión. La primera idea fue dejarlo todo", explicó. No obstante, siguieron adelante.

El resultado de ese trabajo es la exposición que podrá verse hasta el próximo día 30 en la Sala Abando, en el número 20 de la calle Elcano. Posteriormente, la muestra recorrerá los centros de distrito de Rekalde, Begoña y Castaño. El propósito de los promotores es que la exposición sea itinerante y recorra, durante los próximos años, el mayor número posible de salas de todo el Estado.

Artistas como Olatz Candina, Teresa Ahedo, Enrique López o Jon Mao son algunos de los que han participado en la exposición. También el colaborador de DEIA Asier Sanz, quien destacó que la iniciativa busca "remover conciencias" a través de pinturas que reflejan "el dolor y la ausencia". En su caso, su obra "expresionista" muestra a una mujer "con un gran corazón vacío donde hay un chupete". Para ello, realiza el ejercicio de ponerse en el lugar de esas madres que siguen buscando a esos hijos que fueron robados. De hecho, todos los artistas han centrado sus obras en las madres y los hijos como protagonistas, a pesar de que es toda la familia la afectada. "Es un tema tan horrible...", se lamentó el dibujante que no dudó en participar de forma desinteresada.