Bilbao - Las únicas voces que escuchan a diario miles de personas mayores son la que salen de sus televisores y radios. Visibilizar esta soledad no deseada, una de las grandes epidemias del siglo XXI, es el objetivo de la escultura hiperrealista de una mujer que estos días acapara la atención de cientos de ciudadanos en El Arenal. “Se te van muriendo los amigos, se te va muriendo la familia y te vas quedando sola. Antes no lo sufría tanto porque tenía mi vida, pero ahora no tengo vida. Y eso es tremendo. La soledad te come”, afirma Mercedes, bilbaina de casi 89 años en esa situación, que inspiró la escultura realizada a escala real por el artista mexicano Rubén Orozco. La iniciativa de BBK, bautizada como Invisible soledad, pretende sensibilizar a la sociedad sobre la poca atención que se presta a este problema que, solo en Euskadi, afecta a unas 106.000 personas.

Los titulares que hablan de personas mayores fallecidas sin compañía en su hogar y cuyo cuerpo es hallado tiempo después se suceden con un intervalo de frecuencia cada vez menor. “La soledad solo se ve cuando hay un caso de esos que aparece en la prensa. Entonces se dan cuenta de lo que es, pero claro, ya es tarde”, reflexionó ayer Mercedes, que advirtió reiteradamente de que “hay que hacer algo”. Según indicó esta bilbaina, para quien su único contacto social es la atención de una voluntaria de Cáritas y la visita de algún sobrino, la “conexión continua” con la familia se ha acabado. “Cuando los hijos se van de casa se acaba la familia, los padres se quedan solos. A veces les viene la carga de los nietos, pero si no hay eso... se quedan solos. Y cuando muere uno el otro se queda solo”, sentenció.

La escultura logra el efecto deseado y numerosos curiosos se congregaron alrededor de La última persona fallecida en soledad, título que ha recibido la obra de resina, silicona, madera y pelo humano. “Viendo los años que tengo, pensaba que antes de morir tenía que hacer algo”, indicó Mercedes, que no dudó en participar en el proyecto. “Me hicieron muchas fotos, me midieron muchas veces, pero yo vi que él quería venir para verme el alma”, señaló en referencia al escultor Rubén Orozco, que habitualmente trabaja con imágenes y realizó una excepción con Mercedes. “Sentí que teníamos una conexión especial. Ha sido algo excepcional conocerla”, explicó el artista que suele realizar esculturas de personas fallecidas, como Frida Kahlo, Grace Kelly o David Bowie y nunca a escala natural.

“Una de las cosas muy importantes en mi escultura y en mi forma de trabajar es la obsesión por el detalle, pero aún así lo más importante es captar la esencia del ser representado porque la mirada es el espejo del alma”, explicó Orozco, que con su presencia favoreció que la presentación contara incluso con medios mexicanos. “Trato de captar la felicidad, pero en este proyecto he tenido que hacer lo contrario para que la gente empatice. Espero que la escultura consiga el mensaje que tiene que dar: el de la soledad, el abandono. Ella es fuerte, valiente, pero a la vez se le nota una cierta tristeza. Eso fue una especie de reto, tratar de captar las dos vertientes”, señaló el artista, que esculpió la figura que lleva un reloj de mano simbolizando el paso del tiempo.

Proyectos de BBK Durante el acto, Xabier Sagredo, presidente de BBK, desgranó varias cifras que dan cuenta de la magnitud del problema. A través de la iniciativa en la que llevan trabajando “muchos meses” pretenden “centrar la atención en un problema que nos concierne a todos y del que sin embargo solo se habla cuando sucede una tragedia”. En ese sentido, recordó que “el reflejo más crudo de esta realidad se da cuando los mayores fallecen en total soledad, sin que nadie se dé cuenta de ello. Esto es solo el final de un proceso de años de abandono y de desamparo social a todos los niveles que supone una muerte en vida”. La escultura, “un símbolo de la realidad que viven estas personas y del inevitable paso del tiempo”, estará hasta el domingo en El Arenal, y posteriormente será trasladada a la Sala BBK de forma permanente.

No es la única iniciativa de la fundación centrada en paliar la soledad de las personas mayores. Según Nora Sarasola, directora de la Obra Social BBK, se han desarrollado cuatro proyectos en conjunto con la Universidad de Deusto. Por una parte, citó el “observatorio en torno al concepto de ciudades amigables para detectar a personas mayores de más de 80 años en soledad”. El objetivo es que arroje conclusiones que sirvan para coordinar soluciones con las entidades de servicios sociales. Además de proyectos con entidades como Cáritas y Cruz Roja, “con las que potenciamos el acompañamiento cercano entre la persona voluntaria y la que está en situación de soledad”, citó el proyecto BBK Behari, desarrollado con Agintzari, para desarrollar una base de datos geográfica de personas mayores que estará al servicio de los Servicios Municipales. Además, explicó que “impulsamos la generación de lazos intergenacionales a través de distintos proyectos para el intercambio de conocimiento”.