Bilbao - Betto Snay llegó a Bilbao hace veinte años. Angola, su país de origen, llevaba en guerra alrededor de treinta años. “En esa época vivía con mi abuela porque mi madre ya estaba aquí. Pasaba mucho tiempo en la calle y si te pillaba la policía, te mandaba a hacer servicios militares porque necesitaban a gente joven en el combate”, explicó.

“Un domingo estaba jugando al fútbol con unos amigos y uno de ellos al día siguiente tenía que ir a hacer los servicios militares. Volvió el viernes. Pero sin piernas”, relató. Y añadió: “Tú eres joven, no tienes ni 18 años, ves la situación... y de repente viene uno de tus amigos sin piernas y te sientes muy mal. Después piensas que te podría haber pasado a ti”, dijo.

Por eso llamó a su madre y se lo contó todo. Decidió mudarse a Bilbao, escapando de la vida de su país. “Cuando llegué a Bilbao todo lo veía gris, oscuro y no me gustó nada”, admitió. Pero según han pasado los años su impresión ha cambiado. “Bilbao me ha cambiado la vida y me ha dado cosas muy positivas. Tengo una hija que ha nacido aquí, estoy aprendiendo a ser aita aquí, es una nueva vida”, afirmó. Y añadió: “He conocido a personas que me han hecho ver que la vida no es blanca o negra y que todos somos personas”.

Durante su intervención de ayer, incidió que es importante ser una persona abierta, con una mente abierta y aprender de otras culturas. “Sois el futuro y tenéis que tener una mentalidad de prosperar. Es muy bueno que tengáis contacto con personas que no son de aquí, porque os abre la mente y os va a ayudar a conocer otras culturas y a ser mejores personas”, afirmó. Como él mismo hizo. Aprendió la cultura bilbaina, lo que le hizo mejor persona. - L. Fernández