EL de ayer fue un día especial para los vizcainos. Pero, sobre todo para la Amatxu, quien recibió el calor, cariño y cientos de regalos de muchos de los que no dudaron en visitarla.

El primer mosto de la uva txakolinera de seis comarcas vizcainas, cientos de ramos de flores, todos ellos bien coloridos; deseos, cánticos y bailes tradicionales fueron algunos de las ofrendas que recibió durante el tradicional Txikitero Eguna para celebrar su festividad por todo lo alto.

Hay quienes tienen marcado en rojo el 11 de octubre en sus calendarios. Es el caso de Arantza Ríos, que sigue una tradición familiar desde hace décadas. “Mi amama subía siempre andando a Begoña desde casa”, comentó orgullosa minutos después de llegar al edificio de La Bolsa. “Mi ama también lo hacía y recuerdo subir con ella cuando era pequeña”, explicó, al mismo tiempo que reconocía “no poder romper con esta tradición tan bonita”.

El Casco Viejo vivió una de las jornadas más festivas del año. Desde las 11.30 horas, momento en el que la romería partió desde el claustro del Museo Vasco, la música fue protagonista. La romería recorrió varias calles del Casco Viejo y, en la plaza Santiago realizó una parada para bailar la Mahaiganeko Dantza. Tras retomar la kalejira llegaron al edificio de La Bolsa, donde ya estaba todo preparado para sacar el primer jugo de las uvas de seis comarcas vizcainas: Enkarterri y Ezkerraldea, Uribe, Urdaibai, Lea-Artibai, Nerbioi y Durangaldea. “¡Que ya empieza!”, dijo Encarni emocionada, mientras sostenía un gran ramo de flores que, posteriormente, depositó a los pies de la Amatxu. Y así fue. Tras introducir en el barril de la prensa las uvas, comenzaron a exprimirlas para extraer el mosto. Lo hicieron, como es habitual, responsables de diferentes bodegas. El jugo comenzó a salir y la jarra se llenó. Ya estaba todo listo y la emoción desbordó el instante.

una mañana emocionante Inmaculada Legarreta, presidenta de la Peña Athletic del Casco Viejo, fue la encargada -como ya es habitual- de realizar la ofrenda floral. “Este día para mí es muy emocionante siempre y me pongo muy nerviosa”, confesó tras depositar el ramo de flores en el balcón. “He nacido en Begoña, me he bautizado en Begoña y he vivido muchos años en Begoña”, expresó a DEIA emocionada, asegurando que “todos los años me emociono”. “He pedido por todas las personas que necesitan ayuda. Hay que tener mucha más empatía porque hay gente que necesita ayuda”, aseguró.

Tras ella, el vicepresidente del Consejo Regulador de Bizkaiko Txakolina, Unai Salibarria, fue el encargado de ofrecer el primer mosto a la Amatxu. “Es el segundo año que se lo ofrezco y sigue siendo una emoción muy grande. Le he pedido ante todo salud, que cuide a todos los vizcainos y que venga una cosecha muy buena”, explicó Salibarria. Posteriormente, comenzó el reparto de la Tarta de Begoña elaborada por la Escuela Profesional de Pastelería. “Está buenísima y muy sabrosa”, opinaron aquellos que tuvieron la oportunidad de degustarla.

Todo ello se realizó bajo la atenta mirada de cientos de testigos que no quisieron perderse la cita, incluida la del alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto. “Es un día muy especial porque se juntan dos tradiciones”, es por ello que “no podía perderme este gran día”. “Es el día de la Amatxu de Begoña, patrona de Bizkaia, y es algo muy arraigado en la tradición de Bilbao y Bizkaia. Cada uno lo vive desde sus vivencias, que no tienen por qué ser todas iguales. Y, otra tradición muy bilbaina es la de los txikiteros en el Casco Viejo. Son ellos los que ofrecen el primer mosto a la Amatxu de Begoña. Por eso creo que unir esas dos tradiciones en un único acto es muy bonito, muy bilbaino, y, como alcalde de la villa quería estar aquí”, explicó.

El alcalde pidió a la Amatxu que “las personas de Bilbao vean satisfechas sus necesidades, que se encuentren bien, a gusto, felices y tengan una buena calidad de vida. Y que esa cohesión social que demandamos para la villa llegue a todas las personas”. Por otra parte, también pidió que Bilbao “siga siendo una ciudad que tiene proyectos, progresos y futuro; que Bilbao siga siendo esa ciudad atractiva”.

Por su parte, Boni García, Romero de Honor de este año, vivió el día de ayer muy emocionado. “Espero un punto y aparte en mi vida. Según los anteriores romeros, dicen que la ilusión y la emoción cambia”, declaró radiante de felicidad. “A la Amatxu le voy a pedir que todo el mundo luche por encontrar la felicidad en su camino”, expresó. Por la tarde, en el mismo escenario, cientos de personas entonaron La Salve multitudinaria a la Amatxu. Tras el cántico, la Peña Athletic del Caso Viejo realizó su ya tradicional reparto de pintxos frente a su sede entre la multitud que no quiso perderse uno de los momentos más tradicionales del año.