Bilbao - En el hipotético caso de que la calidad del aire pusiera en peligro la salud de los ciudadanos, el Ayuntamiento de Bilbao estaría a favor de implantar el modelo de Madrid Central, una medida que limita la entrada de vehículos en el centro de dicha ciudad y que motivó una gran controversia política. Aunque no era objeto de la comparecencia, la afirmación realizada por Alfonso Gil, concejal de Movilidad y Sostenibilidad, acaparó la atención durante una comisión celebrada para informar sobre los niveles de contaminación, superiores a lo habitual, registrados en la estación de medición de Arraiz en torno a los días que se celebró el festival Bilbao BBK Live en julio. En cualquier caso, el edil recalcó que “a día de hoy, esa situación no se da”.

“Si la salud de los bilbainos se viera comprometida, que nadie tenga ninguna duda de que habrá un Bilbao Central”, afirmó el edil, quien recordó que para adoptar medidas drásticas de ese tipo son necesarias tres alertas medioambientales no solo “por cuestiones puntuales”. Además, expuso que se llevaría a cabo “tras un análisis sosegado”. De esta forma, Alfonso Gil respondió a las declaraciones realizadas por el concejal popular Carlos García, quien aseguró que su grupo se opondría “rotundamente” replicar el modelo de Madrid, donde “se ha demostrado que ha sido un fracaso”. Con anterioridad, Carmen Muñoz, concejala de Elkarrekin Podemos, instó al equipo de gobierno a que no espere a 2030 -fecha en la que finaliza el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de la ciudad- para decidir que entren menos vehículos en la ciudad con el fin de que prime la movilidad peatonal. Además, defendió el modelo de Madrid Central promovido por la exalcaldesa Manuela Carmena.

Con todo, Álvaro Pérez, concejal adjunto de Movilidad y Sostenibilidad, quiso lanzar “un mensaje de absoluta tranquilidad” al señalar que los resultados negativos registrados en la estación de medición de Arraiz -Bilbao cuentra con otras tres estaciones en Mazarredo, María Díaz de Haro y el Parque Europa- fueron coyunturales. “No ha sido un episodio generalizado”, apuntó. Concretamente, indicó que el medidor detectó una calidad de aire “mala” el 12 de julio y “parcialmente mala” los días 11, 13 y 16 de julio de ese mismo mes. Y especificó que el parámetro que se vio alterado fue el PM10, correspondiente a pequeñas partículas sólidas o líquidas de polvo dispersas en la atmósfera que pueden estar generadas por la combustión de los vehículos. “Es derivado del efecto del diesel”, señaló Gil.

Cuestionado por el edil de EH Bildu, Asier González, sobre la relación de los datos con la celebración del Bilbao BBK Live los días 11, 12 y 13 de julio, Álvarez admitió la incidencia del festival debido al trasiego de caminos y autobuses, además de las labores de montaje y desmontaje, que han favorecido una mayor suspensión de partículas en la atmósfera. “Pasa en cualquier gran evento”, puntualizó Gil. A ello se le unió el hecho de que durante dichos días hiciera calor y no lloviera. En ese sentido, expusieron que ya han trasladado a la promotora Last Tour International la recomendación de regar el recinto y la zona del camping para evitar que las partículas se eleven de cara a futuras ediciones. Al margen de la celebración de este evento, desde EH Bildu solicitaron que las mediciones sean más exhaustivas en el monte Arraiz, por la cercanía de la incineradora de Zabalgarbi.

“La ciudadanía está en su derecho de saber lo que está pasando con la calidad del aire de su ciudad”, aseguró Carmen Muñoz, quien propuso la creación de una aplicación móvil para este fin. En la misma línea, Asier González solicitó un “protocolo de información” aunque “no sea alerta naranja”. En ese sentido, Álvaro Pérez señaló que “la ciudadanía está continuamente informada en la página web del Gobierno vasco”, donde los datos se actualizan diariamente, y en las pantallas que hay dispersas por la ciudad. Asimismo, Alfonso Gil recordó que “no hay que duplicar esfuerzos” ya que cada institución tiene su competencia. Asimismo, concluyó presumiendo de que ya quisieran otras ciudades los “vectores de movilidad” de Bilbao, donde solo un 11% se desplaza en vehículo privado.