AIRES retrofuturistas invadieron ayer la Gran Vía bilbaina durante la celebración de la tradicional kalejira de Carnaval. La comparsa Pinpilinpauxa, con una legión de cien integrantes, transportó a la villa el movimiento steampunk, una corriente retrofuturista originaria del siglo XIX y en la que predominan todo tipo de artilugios mecánicos basados en la Revolución Industrial y las máquinas de vapor. Los amantes de este movimiento tienen en Julio Verne a su máximo exponente y la época victoriana como inspiración de su estética. “Todos los trajes están hechos a mano”, confirmaron los integrantes de la comparsa, que se pusieron a trabajar en su diseño hace “dos meses”. A ritmo de Fangoria y su Fiesta en el infierno y el We will rock you, de Queen, incendiaron Bilbao de fiesta y prendieron la mecha del frenesí y la deshinibición. Junto a ellos, un total de 54 cuadrillas y comparsas desfilaron por la capital vizcaina en honor a Don Carnal.

A las cinco de la tarde dio comienzo la kalejira y el concurso de disfraces que discurrió por la Gran Vía, Astarloa, Colón de Larreategui y Albia. Los mejores disfraces pasearon por las calles ante la atenta mirada del jurado, situado en el escenario de la calle Astarloa, para observar y evaluar los disfraces de los distintos grupos y comparsas. En este sentido, el jurado se fijó especialmente en la originalidad, interacción y el aspecto carnavalero de los trajes.

Entre todos ellos, llamaron especialmente la atención del público algunos por sus ácidos tintes críticos y parodiescos. Así por ejemplo, un guiño crítico con tintes políticos fue lo que exhibió la cuadrilla Txomin Barullo, quienes se retrotrajeron a tiempos pasados más oscuros con su particular desfile en el que no faltaron falangistas, militares, etc. Al grito de “fachas” por parte del público recorrieron la Gran Vía brazo en alto. También hubo quien hizo referencia a la actualidad en torno a la exhumación de Franco transportando un féretro con el dictador en el que se podía leer: “a mí no me desahucia ni Dios”. También la comparsa Hontzak hizo referencia a la corrupción política con su desfile sobre Justicia decrépita. Y en vísperas del 8 de Marzo no faltaron los eslóganes más reivindicativos con el feminismo y los partidos políticos. “A PPesar de todo somos C’iudadanos con Vox y voto” se podía leer en otra de las pancartas. Junto a todos ellos también estuvieron los Asterix de Kaskagorri, una particular revolución mejicana o, entre otros, los simpáticos Los mojaditos de Txurdinaga, que se llevaron la ducha de casa incorporada. “Estamos pasando mucho frío y no tenemos agua caliente”, bromearon.

Gran ambiente Pero, sin duda, el espíritu festivo estuvo liderado, como no podía ser de otra manera, por los dos personajes que simbolizan el Carnaval en Bilbao: Farolín y Zarambolas. Xabi Aburruzaga y Miren de Miguel, respectivamente, se metieron a la perfección en el papel y en sus respectivos lemas de vida. Farolín, siempre de punta en blanco, y semper plus ultra, y Zarambolas, con su carpe diem por bandera, aplaudieron la originalidad y cachondeo de los participantes. Después del desfile, el público acudió a la calle Berastegi para hacerse un selfi con la Sardina, cuyo entierro tendrá lugar el martes a las 19.30 horas. Tras el descorche de la botella y cierre del recinto a las 19.30 horas, el jolgorio carnavalesco se trasladó al Casco Viejo. Primero a la Plaza de Santiago y después a la carpa de la Plaza Nueva donde se realizó la entrega de los premios del concurso de disfraces y tuvo lugar un baile de Carnaval con la Orquesta Passarela. En la Plaza de Santiago, Farolín y Zarambolas dejaron seca la fuente después de beberse todo el Agua de Bilbao. A lo largo de toda la jornada se vivió un ambiente festivo espectacular por todo el recinto festivo, radicado entre las calles San Vicente, Ibáñez de Bilbao, Ensanche, Colón de Larreategui, Albia y Gran Vía. El Ayuntamiento dispuso de numerosas actividades como los actos diseñados especialmente para los niños con el tradicional gargantua, hinchables, talleres, actuaciones teatrales, conciertos, etc. Finalmente, y tras largo debate, los premios de la academia del Carnaval fueron a parar a Marrazoak pil-pilean como mejor grupo; Kaixo como mejor comparsa y, en el apartado individual, el ganador fue Moulin Rouge.