La reparación y estabilización de la pared posterior de la ermita de San Pedro y San Blas, intervención prioritaria y urgente para salvar el singular y querido edificio religioso, ya está en marcha. Ubicada en el barrio de Saldarian -a tres kilómetros del casco urbano de Ugao-Miraballes aunque perteneciente al término municipal de Zeberio- su estructura asemeja a la de un caserío, por lo que pasa casi inadvertida, y se desconoce la fecha exacta de construcción, pero "data, al menos, del siglo XVI y está en situación excéntrica respecto al barrio, lo que demuestra que el lugar es un antiquísimo poblamiento creado por pobres campesinos dedicados exclusivamente a la ganadería", indica el arqueólogo e historiador, Juanjo Hidalgo.

Son los vecinos y feligreses de este bello enclave rural, asentado en un cordal del monte Upo, los que se encargan "de atender y cuidar la ermita, con gran cariño y amor", asegura con satisfacción Patxi Malo, desde hace quince meses párroco moderador de la Unidad Pastoral San Miguel-Orozko en la que está integrada Zeberio. Desde que en septiembre de 2020 fuera trasladado de Etxebarri a su nuevo destino, tiene a su cargo 14 parroquias de ocho municipios diferentes, un ámbito "muy disperso y, por ello, complicado, pero estoy muy contento, sobre todo, con la gran labor de los voluntarios y colaboradores de las parroquias", afirma.

Ya asentado y conocedor de la realidad de su nuevo destino, Patxi Malo asevera que "la problemática de la ermita de San Pedro y San Blas de Saldarian ha sido, desde que llegué, una de mis prioridades", ya que además de la necesidad que ya se había detectado de retejar la cubierta, "antes de la pandemia, en enero del año pasado, se produjo el derrumbe de parte del revestimiento exterior de una de las fachadas del templo". Aunque, en estos momentos, no hay riesgo de colapso "porque el tejado y la estructura de madera sostienen el edificio", la reparación de los desperfectos es una cuestión "urgente para evitar que la lluvia y la humedad generen daños mayores y poder salvar la ermita".

Casi dos años después, la problemática está ya en vías de solución. Tras pedir presupuestos a cuatro empresas, las tareas de reconstrucción de la pared están siendo ejecutadas por Construcciones Nervión y la inversión asciende a 16.480 euros "y, si no hay contratiempos, los trabajos estarán finalizados en una semana".

Necesidad de fondos

Pero llegar a este punto no ha sido fácil, principalmente debido a la falta de dinero para hacer frente al gasto económico de la obra y que ha impedido "que podamos realizar ahora, también, la reparación de la cubierta". A pesar de las dificultades, lo más gratificante está siendo "la unión de muchas personas y entidades con el objetivo común de salvar la ermita de San Pedro y San Blas" en iniciativas como la campaña de recogida de fondos llevada a cabo en enero de este año mediante la venta de boletos para la rifa de tres premios: un fin de semana en los apartamentos turísticos de Zeberio, un cuadro con la imagen de la ermita de San Pedro y San Blas y un sencillo lote de productos.

Los vecinos del barrio también activaron entonces el número de cuenta ES32 2100 4287 02 2100101042 en La Caixa y que aún está abierto para que cualquier persona pueda realizar una donación "ya que todavía no hemos conseguido todo el dinero necesario para pagar la obra", indica Patxi Malo. Por ello, también se están llevando a cabo colectas desde dos parroquias: Santo Tomás de Zeberio y San Bartolomé de Ugao-Miraballes, a la que corresponde la atención pastoral de la ermita de Saldarian.

A nivel de instituciones, "el Obispado de Bilbao ha colaborado, desde el principio, visitando el lugar, buscando soluciones técnicas, contactando con empresas y haciendo los trámites y gestiones", mientras que los ayuntamientos de Zeberio y de Ugao-Miraballes "nos están dando todas las facilidades a su alcance y están viendo si pueden conceder alguna pequeña ayuda económica", destaca. Otro de los grandes aliados está siendo la asociación BEL -Bizkaiko Ermiten Lagunak- que "está siendo fundamental a la hora de difundir la problemática de esta ermita, nos ha asesorado y, además, está ayudando a motivar y concienciar sobre la necesidad de salvaguardar y proteger estos pequeños templos religiosos".

Toda ayuda es bienvenida y muy agradecida por parte de este núcleo poblacional de Zeberio, de unos 60 residentes, que tiene en la ermita de San Blas y San Pedro su principal elemento patrimonial. Se trata de un templo sencillo, con la doble cubierta de madera interior como aspecto más interesante y singular y que alberga las imágenes de sus dos protectores, además de dos pequeñas Andra Maris. Sus puertas se abren siempre para celebrar la festividad de San Blas, una jornada que "sigue siendo muy importante, no solo para el barrio, también para la gente de Ugao que sube para asistir al oficio religioso, bendecir los cordones y participar en los sencillos actos posteriores". La ilusión de todos ellos es volver a recuperar en 2022 la actividad social y popular en torno a la festividad de San Blas con, al menos, la pared posterior de la ermita ya arreglada y consolidada.