Galdakao - Nunca imaginó que el poder de la mente fuera tan fuerte como para poder darle la vuelta a una situación muy dura, como la de estar postrado en una cama a los 22 años. Aitor Baraia consiguió revertir un golpe que le dio la vida y recientemente se encuentra dando conferencias y charlas precisamente sobre el poder que tiene la mente, la relación directa entre esta y lo físico. Y es que este joven galdakoztarra de 26 años sabe muy bien de lo que habla.

Hace cuatro años, una grave hernia discal lo tuvo ocho meses parado; "me tuve que alejar del deporte, los amigos, el trabajo", recuerda. Los médicos intentaron que por medio de medicamentos mejorase "y me dijeron que en cuestión de semanas podría volver a hacer una vida más o menos normal". Pero la realidad fue que la situación se alargó y durante todos esos meses "no mejoraba, por lo que me dijeron que la única solución era operar y después cambiar de vida, ya que me comentaron que aunque pasara por el quirófano, no podría volver a hacer deporte ni la vida que llevaba hasta entonces", cuenta.

La situación para un joven de 22 años fue muy dura, "me quedé hundido", por lo que en aquel momento aceptó operarse. Sin embargo, dos días antes, descubrió a Jon Kabat-Zinn, y comenzó a leer sobre el control emocional y la curación. Entonces, "me armo de valor y les llamo para decir que he decidido no operarme". Y es que comenzó a creer que puede haber un modo de sanarse a través de otros medios.

"Empiezo a leer sobre psicología, sobre el mindfulness, la meditación, incluso toco el budismo", llegando a leer más de cien libros y, sorprendentemente, "en cuatro meses me curo por completo", relata. "Tuve una transformación personal. Me doy cuenta del poder que tiene la mente". Aplicando técnicas de control emocional "se puede incidir en el estado físico, inducir un estado de calma que te lleva a regenerarte", explica. Pero más allá de la curación, "cambia mi vida, porque empiezo a encarar los problemas de forma diferente, gestiono los conflictos de una manera más armónica", recalca. Una vez recuperado, vuelve a hacer deporte y retoma los hábitos anteriores a su lesión. "La gente me decía que hiciera algo para dar a conocer la historia, pero no se me ocurría nada". Un día dándole vueltas, comienza a escribir sobre ello "y en cinco meses saqué tres libros; El máster de la vida, El máster de la felicidad y El máster del sentido.

Mientras escribe descubre que "podía poner mi granito de arena para ayudar a los demás. A raíz de eso se me ha abierto ahora una experiencia muy bonita que es llegar a la gente, y doy conferencias y presentaciones en librerías, allí hablo de cómo veo la vida, sobre cómo podemos poner en perspectiva los problemas, afrontar una situación complicada, y para eso tenemos que saber cómo funciona nuestra mente".

Baraia trabaja como preparador físico en el Alavés y su vida laboral la orienta hacia eso, pero "esa parte de auto realización la estoy consiguiendo también conectando con las personas, porque al final es compartir". Su curación llegó a tal punto que "hago más deporte que nunca y no tengo secuelas. Es sorprendente y los médicos no se lo creían", asegura. Pero no son terapias nuevas, "la medicina china viene trabajando con la energía mucho tiempo". Baraia explica que "cuando estás triste te sientes mucho más cansado, es algo casi lógico, hay una relación directa entre tu mente y tu cuerpo, cuando controlas tu mente generas reacciones físicas que te llevan a sentirte bien por dentro". Sin embargo, Baraia remarca que "no estoy a favor de dejar la medicina, sino que pueden ser terapias complementarias".