Osakidetza ha firmado en noviembre uno de esos hitos que hablan por sí solos. En apenas un mes, el Hospital Universitario Cruces ha realizado 34 trasplantes, una de las cifras más altas registradas en un solo periodo de tiempo y un reflejo directo de la capacidad asistencial y organizativa del sistema sanitario vasco. 

La mayor carga de actividad se concentró en el trasplante renal. Durante noviembre se llevaron a cabo 25 intervenciones, entre ellas un trasplante de donante vivo, uno pediátrico y dos complejos trasplantes combinados hepatorrenales. El ritmo fue especialmente intenso en la segunda mitad del mes, cuando 23 de esas operaciones se realizaron en tan solo 16 días, una cifra que solo está al alcance de centros con una estructura sólida, protocolos muy depurados y equipos altamente especializados. A estas intervenciones se sumaron nueve trasplantes hepáticos, consolidando a Cruces como uno de los hospitales con mayor actividad del Estado en este ámbito.

56,6 donantes por millón de habitantes

Todo este esfuerzo se apoya en un contexto especialmente favorable, ya que Euskadi se mantiene entre las comunidades con mayor tasa de donación del mundo, con 56,6 donantes por millón de habitantes en 2024. “Es una cifra que se sitúa muy por encima de la que le gustaría a la media mundial alcanzar”, señala Gorka García Erauskin, nefrólogo del Hospital Universitario de Cruces. “La generosidad de la población se une con la capacidad de coordinarse y detectar a los donantes”, matiza García. 

Los datos acumulados avalan esa trayectoria. Desde que en 1979 se pusiera en marcha el programa de trasplante renal, Osakidetza ha superado los 5.100 trasplantes renales, tanto en población adulta como pediátrica, incluidos 62 trasplantes hepatorrenales. Solo en lo que va de año, el Hospital Universitario Cruces ha realizado 151 trasplantes renales.

Sin límite de edad para los trasplantes

Sofía Zárraga, jefa de Servicio de Nefrología en Hospital Universitario de Cruces, subraya que “en este campo todo ha cambiado muchísimo” con el paso del tiempo. “Primero ha cambiado la indicación del trasplante, que ha avanzado en edad y en la patología de las personas que lo reciben”, explica, y recuerda que “antes se descartaba a personas solo por tener más de 65 años”. Una limitación que, según indica, estaba relacionada con la escasez de órganos. “Ahora no hay límite de edad en el trasplante renal; hay límite de salud”, afirma, y pone como ejemplo que “ha sido noticia que el Clínic de Barcelona ha trasplantado a una persona de 92 años”.

Te puede interesar:

“Hemos pasado de un 60% de rechazos en 1979 a un 10% en la actualidad, con tratamientos eficaces”

Zárraga atribuye esta evolución a los avances médicos: “Ha habido una evolución en la técnica quirúrgica, en el tratamiento de las enfermedades infecciosas y en el tratamiento del rechazo”. En este sentido, destaca un cambio clave en los resultados: “Hemos pasado de un 60% de rechazos en 1979 a un 10% en la actualidad, con tratamientos eficaces”. Aunque reconoce que “la palabra rechazo suena muy mal”, aclara que “el rechazo no significa la pérdida”. “Antes, en el 79, el rechazo casi significaba perder el injerto; hoy es un fenómeno inflamatorio que, muchas veces, se corrige ajustando la inmunosupresión”, concluye, recordando que “no todos somos inmunológicamente iguales”.