Los mercados navideños son un atractivo turístico que mueve a miles de personas durante esta época del año. En el caso del que se coloca cada año en Estrasburgo, uno de los más populares de Europa junto al de Budapest, no es diferente. Es una temporada del año, al igual que sucede en otras épocas, como el verano, en la que los hoteles buscan maximizar la ocupación hotelera atrayendo a personas que llegan a la ciudad con motivo de los puestos decorados que se instalan en distintos puntos de la misma.

En este sentido, y de manera general, los hoteles no suelen ofrecer más de una noche a un grupo grande. Algo que en un primer momento les ocurrió al grupo de estudiantes y profesorado del JM Barandiarán BHI, quienes han tenido que sudar la gota gorda para hacerse con algo más de una decena de habitaciones durante dos noches consecutivas en estas fechas.

Su estancia está siendo en el hotel Clap-Clap. De hecho, este ha sido el primer destino al que acudieron una vez dejaron atrás el viaje en avión y en tren. El hotel, ubicado a cinco minutos andando de la estación ferroviaria, sorprendió a los estudiantes nada más llegar. ¿Qué ha sido lo que lo ha provocado? Dos cosas: la simulada sala de cine que hay nada más entrar, con butacas y largometrajes míticos y, a escasos metros, una máquina con palomitas gratis.