Cuando Fiske llegó desde una perrera de La Rioja les chocó “su mirada y cierta torpeza al andar, aunque corría y jugaba como cualquier otro cachorro”. El diagnóstico del veterinario fue “demoledor”: retinitis bilateral asimétrica que le ha producido una ceguera total e irrecuperable en el ojo derecho y la pérdida de visión en el izquierdo, sobre todo la nocturna. Por ello, “va a necesitar tratamiento de por vida”.
“Simpático y sociable”, Fiske es uno de los canes acogidos por la Fundación APASOS en su centro de Sopuerta que buscan un hogar. El domingo él y otros compañeros en adopción se sumaron a la primera edición de la Burdinmendi Trail, la prueba deportiva celebrada en Artzentales con cuatro modalidades, tres de ellas para completar con perros.
Más de 250 personas se concentraron en la plaza de San Miguel de Linares, punto de salida y llegada para un trail de 13 kilómetros, una marcha senderista de 13 kilómetros que podía acortarse a 8,5, un canitrail de nueve kilómetros y un canicross de tres “sobre asfalto y también por zonas de monte” en las inmediaciones de Alen.
La idea de organizarlo “partió del municipio para dinamizar Artzentales y la protectora se animó enseguida, nos hemos quedado muy cerca del límite de 300 personas que habíamos establecido para no saturar”, explicó Roberto Pérez. Llegaron desde “Balmaseda, Gipuzkoa, Araba, Nafarroa, Cantabria o Burgos”, repasó, “feliz con la acogida”.
Con sus petos en los que se podía leer Adóptame, los perros de APASOS se convirtieron en las estrellas de una jornada que sensibilizó contra el abandono animal. En Sopuerta “tenemos un cupo máximo de 25 perros acogidos para garantizarles una atención adecuada”, señaló Estíbaliz Llarena.
Perros invisibles
Normalmente rescatan “de perreras” del Estado con las que APASOS mantiene contacto. A veces “en diferentes provincias surgen diferentes necesidades o compatibilidades” y canes que en otros lugares se hacen invisibles aquí encuentran el cariño. Aunque, “por desgracia, las rachas de adopciones pueden variar en función de las edades de los perros” porque la gente “suele preferir a los cachorro y conforme van cumpliendo años más cuesta que se interesen por ellos”.
En la protectora rebaten la idea preconcebida de que los perros adultos tarden más en adaptarse a su nueva vida e incluso puede ser al contrario porque con unos años ya han alcanzado su tamaño definitivo y definido su carácter. “Educarlos siempre requiere paciencia y cariño, pero son nobles, muy confiados” y devuelven con creces el cariño que reciben.
Desde que APASOS estableció su centro de acogida vizcaino en Enkarterri sus voluntarios y voluntarias se encargan de “limpiar los cheniles, alimentarlos, administrar medicaciones si lo necesitan y sacarlos a pasear; por suerte cerca hay campas grandes y pueden socializar, correr y olfatear”.
En la página web de la protectora se pueden encontrar las historias de los perros y gatos a los que se puede adoptar o apadrinar. Como Zuri, un shetter que llegó delicado a Sopuerta; se repuso, pero está a la espera de que se confirme el diagnóstico de enfermedad inflamatoria intestinal.
Un fin de semana solidario con los animales en el que la asociación Asoaya de Zalla celebró su mercado benéfico.