El juicio civil por el atropello mortal de un niño de 11 años ocurrido en Aulesti en 2020, previsto para celebrarse este viernes en el Juzgado de Primera Instancia de Gernika, ha tenido que ser suspendido.

La vista no ha podido desarrollarse después de que uno de los agentes de la Ertzaintza citados como testigos no consiguiera conectarse por vía telemática, lo que ha obligado a aplazar la sesión.

El procedimiento, que debía dirimir la responsabilidad de la aseguradora del vehículo implicado en el siniestro y la cuantía de la indemnización reclamada por la familia —219.000 euros conforme a la Ley 35/2015 y la Ley del Menor de 2020—, se reanudará finalmente el próximo 27 de noviembre a las 10:30 horas, también en Gernika.

Profundo malestar

La familia del menor ha mostrado su profundo malestar tras el nuevo aplazamiento. “No piensan en las familias, no piensan en lo que estamos pasando Agurtzane y yo”, lamenta el padre. “Otra vez agonía y agonía. ¿Qué gato encerrado hay aquí? ¿Qué se quiere proteger el culo? Sed valientes. Esto es agotador e inhumano. Nos van a llevar a la tumba”, expresa la madre del menor atropellado visiblemente afectada.

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Por su parte, el abogado de la familia ha explicado que la suspensión “no ha tenido más remedio que producirse”, ya que “la ley prevé que si un testigo considerado sustancial para el esclarecimiento de los hechos no puede declarar, la vista debe aplazarse”. “Esto es agotador, pero hay que hacerlo así”, añade.

Cinco años después del trágico suceso —ocurrido cuando el menor jugaba junto a un camino rural que conduce a la ermita de San Lorenzo, en Aulesti—, el caso sigue pendiente de resolución judicial, prolongando la espera y el dolor de la familia.