La denegación de la prórroga de la licencia de obra del nuevo edificio de la Diócesis de Bilbao y la clínica más grande de Mutualia en Euskadi por parte del Consistorio bilbaino no implica que se paralice el proyecto tal y como precisa el concejal de Obras, Planificación Urbana y Proyectos, Asier Abaunza. “Esta resolución es más un efecto administrativo, en lo que haya un nuevo contratista y una planificación de obra pueden pedir una licencia con el mismo proyecto”, afirma el edil que indica que en caso de que se produzca una nueva solicitud se abriría “un nuevo expediente con sus correspondientes tasas”.

El motivo de la resolución negativa es que “la licencia estaba caducada”. Este permiso de obra “se emitió el 29 de diciembre de 2021 y tenía un plazo de ejecución de 36 meses”, por lo que a finales del año pasado la licencia se caducó. Asier Abaunza detalla que “el 5 de febrero de 2025 se pidió al Obispado la limpieza y desbroce de la zona además de la planificación de la ejecución de la obra. Sí que realizaron la limpieza y el desbroce pero no entregaron la planificación de los trabajos ya que el Obispado está en pleitos con el contratista por incumplimiento de contrato”.

En marzo de 2024 la constructora Murias, que iba a ejecutar la obra, entró en concurso de acreedores y desde entonces el Obispado está sin contratista. “El Obispado está tratando de rescindir el contrato pero las obras están sin empezar, no se ha excavado ni el edificio”. Las conversaciones entre ambas instituciones son constantes y “esta resolución responde a las alegaciones que presentó el Obispado en julio”.

Respuesta vecinal

La decisión municipal ha sido recibida como “una oportunidad de repensar” el futuro de la parcela por parte de la asociación vecinal Abando Habitable. Tal y como han señalado “desde abril de 2024” esta parcela estaba en estado de abandono. “El devenir de esta obra sinsentido y alejada de las necesidades del barrio, debería forzar a los diferentes actores, muy especialmente al Obispado y a Mutualia, ahora copropietaria del terreno, a replantearse el destino de la parcela”, han subrayado desde la entidad vecinal.

Este proyecto se puso en marcha en 2019 y en aquella época el máximo responsable de la Diócesis de Bilbao era Mario Iceta pero desde mayo de 2021 es Joseba Segura el obispo de Bilbao por lo que desde Abando Habitable destacan que el actual obispo “ya no puede excusarse en la herencia recibida de su antecesor en el cargo”. Ante la actual situación hacen hincapié en que “es una oportunidad para que tanto la diócesis de Bilbao como Mutualia reflexionen sobre la idoneidad y viabilidad del proyecto”. De hecho, desde que conocieron el proyecto siempre han defendido que ese espacio era una opción de crear zonas verdes en el barrio; sin embargo Abaunza ratifica que “la compra por parte del Ayuntamiento de este espacio al Obispado no es posible ya que el Consistorio no puede invertir esos millones de euros en pleno centro de Bilbao para hacer una plaza ya que tiene otras prioridades”.

Seis años de problemas

Desde que en mayo de 2019 la Diócesis de Bilbao pusiera en marcha el proyecto de albergar en un mismo edificio todos los servicios pastorales, culturales, educativos y sociocaritativos, que estaban ubicados en doce espacios diferentes, el desarrollo del mismo no ha estado exento de polémica. El espacio elegido era en la calle Barraincua donde se ubicaba la Escuela Universitaria de Magisterio y que también incluía albergar el hospital de Mutualia más grande de Euskadi.

Sin embargo, este proyecto no contaba con el respaldo vecinal ya que desde los primeros movimientos. En octubre de 2020 se manifestaron para exigir al “Obispado de Bilbao, al Ayuntamiento de Bilbao, la constructora Murias y Mutualia” que no se “derribase el edificio” ya que estaba enfrente de colegio Cervantes y suponía un “riesgo para la salud” de los niños. Además, reivindicaban el uso de esa parcela “como última posibilidad de un parque de proximidad para el barrio”.

Otro de los problemas llegó en marzo de 2024 cuando la justicia decretó la quiebra de la constructora Murias, ya que arrastraba una deuda de 70 millones de euros. Esta empresa había sido adquirida por la promotora inmobiliaria madrileña Urbas en plena pandemia en marzo de 2020.

Con el concurso de acreedores de la constructora, las obras se paralizaron y en mayo de 2024 Asier Abaunza rechazó una permuta del solar donde estaba BAM por otros terrenos en los que el Obispado pudiese ubicar su sede y la nueva clínica Mutualia.

Y la última decisión del Ayuntamiento de Bilbao de denegar la prórroga de la licencia de obra del proyecto pero que puede volver a solicitarse en el que momento en el que “haya nuevo contratista y una planificación de obra”.