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Abadiño celebrará el sábado la popular rogativa de Urkiola con portadores

A diferencia del año pasado, habrá voluntarios que trasladarán la imagen de San Roque hasta el Santuario

Abadiño celebrará el sábado la popular rogativa de Urkiola con portadoresPatxi Salterain

Como cada último sábado de agosto, numerosas personas amantes del monte y las tradiciones subirán al Santuario de Urkiola para tomar parte en la popular rogativa. Una costumbre que data de 1855 y se celebra para solicitar protección y buenas cosechas. Desde el Ayuntamiento de Abadiño recordaron que los orígenes de esta tradición, se remontan al siglo XIX, cuando los abadiñarras peregrinaban anualmente al santuario para solicitar al santo la lluvia que garantizara la cosecha. Y es que en aquellos tiempos, la vida de las familias estaba muy ligada al campo y las inclemencias del tiempo podían suponer la diferencia entre un año de abundancia o de penuria. Por ello, la rogativa de Urkiola, además de una expresión de fe, era una súplica colectiva en busca de protección y sustento. Ese año seguro que no faltará a la cita uno de los fijos; Patxi Salterain. A sus 77 años, el abadiñarra lleva toda una vida participando en la tradicional celebración y recordó con emoción sus primeras subidas a Urkiola siendo apenas un niño. “Tengo recuerdos de subir con mis aitas, tíos y primos. Era un día muy bonito, en el que participaban cientos de vecinos. Una pena que poco a poco la participación haya bajado tanto”, explicó con cierta nostalgia recordando aquellas multitudinarias jornadas.

Con el paso de los años, la cita ha dejado de estar ligada únicamente a las necesidades agrícolas y se ha convertido en un acto de convivencia, encuentro y celebración comunitaria, donde la religión se mezcla con la cultura popular, la danza, la música y la gastronomía.

A lo largo de las décadas, Patxi ha visto cómo se reducían las multitudes y la algunas costumbres de la rogativa desaparecían, pero también ha comprobado la fuerza de una tradición que, pase lo que pase, sigue viva en la memoria y el calendario de Abadiño.

El año pasado, sin ir más lejos, le tocó vivir un momento difícil. Y es que ante la falta de voluntarios, fue él quien trasladó en coche la imagen de San Roque desde la ermita de Andra Mari hasta el santuario.No entiendo que se haya quitado la pequeña compensación económica que se daba a los voluntarios. Eso desanimó a la gente. Afortunadamente, este año parece que habrá gente para llevar al santo a hombros, como se ha hecho siempre. Eso me da mucha alegría”, confesó con felicidad.

Programación

La cita arrancará a las 9.00 horas con la concentración en la ermita de Andra Mari, en Muntsaratz, para iniciar el recorrido hasta Urkiola. A las 10.20 horas, en el tradicional txakurzulo, los peregrinos disfrutarán del habitual almuerzo antes de continuar la marcha. Ya en el santuario, a las 11.30 horas, se celebrará la misa, que estará acompañada de danzas populares interpretadas por Talde Batuak eta Txanbolin.

Aunque este año tampoco se repartirá vino para la comida, debido a la ordenanza municipal que prohíbe destinar fondos públicos a la compra de alcohol, la jornada no perderá su esencia festiva. Patxi, como muchos otros vecinos, discrepa de esta medida: “Toda la vida se ha repartido vino y nunca ha pasado nada. Nadie se emborrachaba. Creo que un poco de vino forma parte de la tradición”, lamentó la decisión tomada desde el equipo de gobierno.

La celebración continuará a las 14.00 horas con la comida popular para jubilados y jubiladas, a la que también se unirán representantes municipales. Tras el almuerzo, la sobremesa estará animada por la romería Santi Soinujolea. El cierre llegará a las 20.00 horas, con el esperado guisote popular en la plaza de Txanporta, acompañado de la música en directo de Lotxo Taldea. En caso de lluvia, la fiesta se trasladará al probadero. “Las entradas para el guisado, con un precio simbólico de un euro, podrán adquirirse hasta el miércoles en la mediateka”, animan desde la organización.

Sol para el sábado

Las condiciones meteorológicas también suelen jugar un papel determinante el último sábado de agosto. Y es que el buen tiempo suele ser decisivo a la hora de que la respuesta ciudadana sea mayor. En este sentido, los pronósticos para este año confirman sol y buena temperatura para la esperada cita. Independientemente de todo ello, mientras siga habiendo vecinos como Patxi, dispuestos a subir cada año, la rogativa seguirá siendo cita obligada en el calendario de muchos abadiñarras que confían en mantener vivas sus costumbres. “La rogativa de Urkiola no es solo una ceremonia religiosa ni una fiesta popular. Es la memoria de un pueblo que no olvida sus raíces, una caminata compartida hacia la montaña, un espacio para reforzar lazos familiares y vecinales”, aseguró con sentimiento Salterain.