Imanol Canales, enfermo de Parkinson: "Me encanta la playa y puedo seguir disfrutando de ella"
Ocho arenales vizcainos ofrecen el servicio de baño asistido, que permite que personas discapacitadas o con movilidad reducida se puedan bañar
A Imanol Canales siempre le ha gustado ir a la playa y antes de que el Parkinson que padece avanzara, era habitual verle dándose un chapuzón en la playa de Ereaga. Ahora, apenas se mueve, pero ir a la playa sigue siendo algo que hace casi a diario, aunque de una forma distinta a la que lo solía hacer. Acompañado de su cuidadora, Silvia Quintana, cada día, y siempre a la misma hora, acuden al puesto de baño asistido del arenal getxotarra.
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“Desde que vimos el puesto en la playa empezamos a venir, eso fue hace casi dos meses. Venimos todos los días siempre sobre las 14.00 horas, aunque a veces suele estar todo reservado y el otro día vinimos a las 19.00 horas de la tarde”, relata Quintana.
La cuidadora también menciona que antes de que empeorara el estado de salud de Imanol, él solía pasear por la playa y bañarse sin necesidad de usar este servicio. Aunque apenas puede comunicarse verbalmente, Imanol, levanta el pulgar hacia arriba para confirmar que está disfrutando de su día de playa: “Le gusta mucho venir a la playa, le encanta el mar, además es una manera de que se distraiga y también es un motivo para salir de casa”, cuenta la monitora.
Equipo de tres socorristas
Este servicio cuenta con un equipo de tres socorristas que se van turnando, aunque para ayudar a los usuarios en el baño sólo se necesitan dos. “Hay mucho habitual, de alguno incluso, me sé su DNI. Intentamos dar servicio a todos, pero a veces pasa que tenemos las reservas llenas, viene alguien sin reserva y no podemos atenderle, porque damos prioridad a los que previamente han reservado”, relata Izaro Cortés, una de las socorristas de este servicio.
Ella, junto a su compañero Markel, son los que se encargan de trasladarle con una grúa desde su silla eléctrica hasta la silla con flotadores en la que se dará el baño. Después, uno se coloca delante y otro detrás y juntos la empujan hasta el agua. Una vez dentro, y durante los 15 minutos que dura el chapuzón, Imanol permanece acompañado en todo momento por ambos socorristas, y a pesar de que apenas se comunica debido a su enfermedad, mantiene el pulgar levantado hacia arriba, señal de que está disfrutando del baño.
Disponible en ocho playas
Desde hace unos años, varios arenales de Bizkaiacuentan con este servicio que hace que la estancia en la playa sea más amena e inclusiva para todos. Actualmente, está operativo en ochoplayas vizcainas que son La Arena, Ereaga, Laidatxu, Plentzia, Gorliz, Bakio, Isuntza y Arrigorri del 1 de junio al 30 de septiembre. “Tenemos dos tipos de usuarios de este servicio, las residencias de personas mayores, que suelen venir en grupos, y los usuarios que necesitan la ayuda de algún elemento para ir al agua”, relata Koldo Larrazabal, coordinador de socorrismo.
La playa getxotarra de Ereaga es la que más usuarios tiene por ello, todas las horas del servicio suelen estar ocupadas y además, recibe entre 20 y 25 usuarios al día. “Para el uso del servicio hay un sistema de reservas, que puede ser tanto por teléfono como por la app, pero hay personas que se arriesgan a venir sin reserva y cabe la posibilidad de que no puedan usar el servicio”, describe Larrazabal.
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