Karrantza disfruta de su Euskal Jaia en Ahedo con danzas, romería y herri kirolak
Las actividades de mañana arrancarán a las 10.30 horas y a las 12.00 horas se dará lectura al pregón inaugural
Los alrededores de la iglesia carranzana de Ahedo se vestirán de fiesta mañana para una nueva Euskal Jaia organizada por Euskal Folkore Mendi-Harana Kultur Elkartea. Aunque las actividades comenzarán a las 10.30 horas con el encendido de fogones para el concurso de marmitako, el pregón inaugural se leerá a las 12.00.
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A las 13.00 horas se producirá una exhibición de herri kirolak con aizkolariak, soka tira... Preparará el terreno para la presentación de los platos de marmitako del concurso a las 14.00 horas.
Tras el parón para comer y reponer fuerzas, a las 17.00 se disputarán campeonatos de mus y brisca y los más pequeños podrán divertirse con cuentacuentos. A las 18.00 horas llegará el momento de poner ritmo a la tarde con dantza plaza de la mano de Oinkada, campeonatos de rana, en presencia de Etxebarria aita y seme. Como fin de fiesta, romería con el grupo Iratzar.
Un broche de oro espectacular para la agrupación que hace unos meses ejerció de anfitriona del Euskal Herriko Dantzari Eguna en el auditorio excavado en la roca de la peña de Ranero, en el exterior de la cueva de Pozalagua, y que contó con la participación de alrededor de mil dantzaris.
Esta cita se enmarcaba, además, en las bodas de plata del grupo, en un principio, ligado a la kultur etxea de Karrantza. Una de sus primeras actividades al cobrar entidad propia fue la creación de la Euskal Jaia, que se celebró por primera vez el 28 de agosto de 2004.
El objetivo, “motivar a los jóvenes dantzaris con los que contaba el grupo, enseñarles de forma lúdica las costumbres y tradiciones de Euskal Herria, que vieran que los herri kirolak no se limitan a mirar el día de San Isidro, que el euskera no está limitado al cole, que los bertsolaris no son sólo los de la tele, que se puede bailar en la plaza sin ser llamados y que se sintieran parte de la fiesta”, recordaban. El éxito fue inmediato en el valle y Enkarterri que acuden a Ahedo deseosos de pasarlo bien “de la mañana a la noche” manteniendo más vivo que nunca el espíritu de las romerías de pueblo de toda la vida.