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Un huerto comunitario siembra soberanía alimentaria en Balmaseda

El proyecto Mimosak cultiva dos parcelas, cerca del Cerro del Castillo y Arbiz

Un huerto comunitario siembra soberanía alimentaria en BalmasedaMimosak Ortu Komunitarioa

El 17 de abril, Día Internacional de las Luchas Campesinas, comenzaron a plantar las semillas de Mimosak Ortu Komunitarioa, que aboga por la soberanía alimentaria desde una perspectiva agroecofeminista surgido de la asociación feminista Mariorratz de Balmaseda. En ese primer año de la pandemia tuvieron que esperar unos meses más, entre condicionantes sanitarios y burocracia, para ir materializando la iniciativa que, cinco años más tarde, cuenta con dos parcelas cedidas en las inmediaciones del Cerro del Castillo y Arbiz.

Un proyecto “de voluntariado, sin ánimo de lucro porque no nos dedicamos a ello laboralmente”, puntualizó Ariadna Villate durante la presentación ante la ciudadanía en la que realizaron un balance de la actividad en este lustro, que dispone “del aval social del sindicato agrario EHNE en Bizkaia, la Red de Economía Alternativa y Solidaria de Euskadi, la asociación Mujeres con Voz, la asociación La Tercera Pata, Enkarterrin Mendiak Aske Elkarte Ekologista y recientemente del premio de la asociación Nos Unimos de Balmaseda”. 

Estudiar “lo que sostiene la vida, desde la crianza, a la alimentación, salud o cuidados, es esencial”. Mariorratz abordó estos y otros aspectos en una mesa redonda organizada dentro del Udazken Feminista de 2020 en Balmaseda que sentó las bases del huerto “documentándonos con otras personas, como el propio sindicato EHNE o la balmasedana Amaia Negro”. 

El bosque de mimosas preexistente cerca de la parcela por el Ayuntamiento cerca del albergue de las antiguas escuelas dio nombre al proyecto “convirtiéndose en un elemento identitario de nuestro grupo. En primavera de 2021 ofrecieron tanto una presentación del huerto “a nivel teórico” como las primeras reuniones en la parcela “en las que tomamos decisiones” que fueron despejando el camino al mismo tiempo que desbrozaban el terreno. En paralelo, crearon “una red de participación ciudadana” con formaciones, reuniones y asambleas en las que, por ejemplo, concretaron el diseño del huerto desde una perspectiva sostenible adaptando los avances “al ritmo de las personas que viniesen cuidando la sensibilidad sobre el modelo que buscamos”. Una de esas personas que conectó de inmediato con Mimosak fue Deborah Crivellare, de origen brasileño que no pudo evitar emocionarse al narrar cómo el huerto “me ha cambiado la vida” al encontrar en él una red de apoyo y amistad. 

A la primera parcela se unió la cesión de otra en la zona de Arbalitza “por parte de un señor que la ha cuidado durante cuatro décadas”. Disponía de “muchas vides, cerezos, avellanos, castaño, nogal” que les permitió elaborar mosto o txakoli para consumo propio. Tras el voraz incendio forestal de octubre de 2022, “todo el terreno cambió, provocando un daño sobre la biodiversidad” que están tratando de revertir. 

Además, recientemente han arrancado un huerto txiki al que las familias acuden con niños y niñas para inculcarles el contacto con la naturaleza desde el que “concebir un mundo que fomente el aprendizaje entre diferentes generaciones que habitar desde un lugar más respetuoso”. 

No descartan dar a conocer sus “lechugas, berenjenas, tomates, pimientos, coles, patatas, acelgas, calabazas, etc.” en espacios como Gure Lurreko Merkatua.