La Guía baila a ritmo de los Dominguines
Decenas de miles de personas abarrotan el casco viejo portugalujo para celebrar esta fiesta en la que acaba de cumplir medio siglo de vida
Cada 1 de julio visitar Portugalete es un disfrute para todos los sentidos. Es ver a una villa unida por el objetivo de disfrutar y honrar a su tradición, es escuchar las raíces jarrilleras a través de las canciones, es tocar, volver a abrazar a conocidos tras mucho tiempo y es degustar y oler los aperitivos y comidas en los que las anécdotas y el buen rollo son la nota dominante.
Eso ocurre cada año con motivo de la celebración de Virgen de La Guía, una fiesta que lleva medio siglo organizando con éxito Berriztasuna Taldea y que este martes volvió a congregar a decenas de miles de personas en el Casco Viejo jarrillero. Pero en la jornada del martes hubo dos grandes protagonistas, los Dominguines, los personajes festivos que, por vez primera, no sólo estuvieron colgados en la calle Coscojales en forma de muñeco, sino que también adquirieron forma humana gracias a la interpretación de Goyo Isla y María Luisa Ruiz. Ellos fueron la estrella de una jornada inolvidable en Portugalete, una villa que bailó y vibró al ritmo de sus amados Dominguines.
La fiesta dio comienzo pronto, poco antes de las 09.00 horas con el izado de los Dominguines, los muñecos claro está, ya que los de carne y hueso presenciaron ese momento en a calle Coscojales. Ya en el paseo, con el Puente Colgante como espectador de lujo, se lanzaron los txupines que anunciaron el inicio de la fiesta. “Estamos muy contentos y felices. La verdad es que no tenemos palabras para describir todo lo que estamos sintiendo. El de hoy va a ser un día muy bonito. Jamás pensamos que llegaríamos a lanzar el txupin de Virgen de La Guía”, explicaron los Dominguines tras el inicio oficial de la fiesta. Su agenda fue frenética. Tras el inicio de la celebración, se desplazaron hasta el convento Siervas de María, desde donde se inició la procesión de la Virgen de La Guía. De camino hacia el convento ya hubo jarrilleros de a pie que les pidieron hacerse más de una foto, algo que se convirtió en la tónica habitual de la jornada.
Los Dominguines también fueron protagonistas en la procesión de la virgen. En el recorrido entre Siervas de María y la basílica de Santa María, ellos fueron justo delante de la virgen, una imagen pequeña e tamaño, pero de gran relevancia entre los creyentes portugalujos. Mientras se celebraba la misa en honor a la virgen, los Dominguines quisieron participar también en la bajada txiki que dio ambiente a Coscojales pasadas las 11.00 horas antes de volver a la basílica para dar comienzo al paseo hasta La Canilla donde la virgen embarcó en la trainera de la Jarrillera para hacer la ya tradicional procesión marítima ante la mirada de centenares de portugalujos. Por la acogida de la gente, tiene pinta de que los Dominguines de carne y hueso han venido para quedarse en La Guía.
Momento cumbre
El momento cumbre de la celebración de la fiesta de Virgen de La Guía llegó a las 15.00 horas con la celebración de la bajada por la calle Coscojales. Una bajada a la que sólo le queda el nombre, porque son tantas y tantas las personas que llenan hasta los topes esta calle que es imposible que se pueda hacer una bajada. Según las estimaciones realizadas por la Policía Local jarrillera, en ese momento de la fiesta se reunieron más de 7.000 personas en Coscojales.
Las imágenes y sonidos que se viven en esos momentos son de esos pocos que resumen a la perfección el carácter de un pueblo. Imágenes y sonidos que emocionan hasta a quienes no son de Portugalete. La multitud empezó a bailar, cantar y saltar a ritmo de El Airoso, esa canción que dice eso de El otro día, cuando llovía le vi a mi novia la pantorrilla y yo le dije, con gran salero tápate eso, tápate eso que me mareo... La Guía, el ambiente que se genera en esta fiesta que une familias y cuadrillas es una labor coral y ante el incesante calor de este martes, los vecinos de los portales ubicados en Coscojales hicieron el importante papel de lanzar agua a la multitud para que se refrescasen.
Tras casi media hora cantando, saltando y bailando, la multitud fue a reponer fuerzas para seguir viviendo con intensidad el día más grande de Portugalete hasta que el cuerpo aguante. Los Dominguines encarnados por Goyo Isla y Maria Luisa Ruiz, al igual que lo hicieron otros muchos jarrilleros y visitantes, también siguieron con la fiesta, en esta primera vez en la que estos personajes festivos tomaron forma de carne y hueso.