Una Euskal Ezkontza igualitaria en Sodupe
Dos hombres protagonizan por primera vez el enlace de Gazte Berri, el grupo que cumple 60 años
Un carro tirado por bueyes con el ajuar, el notario y su ayudante, el cura, los padrinos, la familia llegada desde Cuba para la ocasión con un despliegue de poderío económico... No faltó nadie en el cortejo de la séptima Euskal Ezkontza de Gazte Berri Dantza Taldea que ayer recorrió las calles de Sodupe. Por supuesto, tampoco los contrayentes: Ekaitz Alonso y Xabier Polledo sellaron su relación de manera simbólica. Coincidiendo con la conmemoración del 60 aniversario del grupo, por primera vez una pareja del mismo sexo asumía el principal protagonismo en la jornada.
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“Una manera de trasladar un mensaje” por la igualdad justo en el mes del orgullo, señaló Aiala Berciano, integrante de Gazte Berri. Los séquitos de los novios se pusieron en marcha desde Sodupe Goikoa y Txabarri y se reencontraron a mitad de camino del baile que se llevó a cabo en la plaza de La Conchita, que toma su nombre de la antigua fábrica de tejido de yute activa entre 1903 y 1973. Allí, la pareja confesó que vivieron la jornada “emocionados, como si se tratara de una boda de verdad”. Para la ocasión vistieron dos trajes iguales, típicos del Roncal, “confeccionados por una modista”.
“¡Han roto moldes!”, aplaudió Maitane Ipiñazar, secretaria del EBB del PNV y amiga de Ekaitz, mientras sostenía en su regazo a la pequeña Magali Ouro ya vestida de dantzari. Después, la recreación de la liturgia matrimonial se desarrolló en la Herriko Plaza, seguida de sendas comidas populares para txikis y adultos, actividades infantiles, dantza plaza de la mano del grupo Zuzterrak y trikipoteo.
La música y el baile estuvieron muy presentes para Gazte Berri Dantza Taldea, que se encuentra inmerso en la celebración de sus seis décadas de trayectoria. Lo conforman “alrededor de 150 personas con edades comprendidas entre los 4 y los 70 años”, contó Aiala Berciano. Muchos una vez que se unen, lo hacen para siempre, sin parones debidos al cambio a deportes o la imposibilidad de compaginar las danzas primero con una mayor exigencia académica y, después, con la vida laboral y familiar. “Yo misma entré de niña y aquí sigo”, puso como ejemplo sin dejar de estar pendiente del carro de bueyes que contenía regalos a la antigua usanza para que los novios pudieran vestir un hogar con útiles domésticos, un cuadro de la Casa de Juntas de Gernika o una ikurriña. También participó en la fiesta el alcalde de Güeñes, Juan Andrés Iragorri, en el papel de marido de la alcaldesa.
Libro en perspectiva
Los actos para conmemorar el aniversario de Gazte Berri continuarán a lo largo del año. Sin ir más lejos, para finales de este mes de junio está prevista la presentación del libro de uno de sus fundadores, Juantxu Larrinaga, que cubrirá la etapa que él permaneció en el grupo. “Me hace ilusión comprobar que ha germinado la semilla que plantamos hace 60 años”, compartió durante su visita a la exposición fotográfica que recientemente organizaron en la Kultur Etxea de Sodupe los actuales responsables de Gazte Berri con la asociación de fotografía Ganbara.
El 29 de junio de 1965 “bailamos por primera vez con motivo de las fiestas de San Pedro de Goikouria, un día maravilloso en el que el pueblo al completo acudió a vernos” y es la fecha que se considera el nacimiento de la agrupación. Todavía en plena dictadura franquista, “en la Escuela de Peritos de Bilbao contacté con gente involucrada en movimientos culturales, entre los que había un grupo de danzas en la iglesia de San Antón”. Pese a que “con Franco quedaba totalmente prohibido”, se la jugaron para reivindicar “que la cultura y costumbres vascas siguieran”.
“Hablando entre amigos, nos pusimos a ensayar un verano sin tener ni idea” y unos meses después desistieron. En diciembre de 1964 retomaron el proyecto “ya más en serio, con la ayuda, entre otros, del investigador de Balmaseda Txomin Etxebarria y el txistulari Juantxu Ezkerra, de Zalla”. En la misma época allí surgió Ibai Lorak Dantza Taldea, que también celebra su 60 aniversario, “se generó un movimiento en toda la comarca”.
Juantxu guarda bonitos recuerdos de la etapa inicial de Gazte Berri, en la que el servicio militar obligatorio le forzó a realizar un paréntesis. Como cuando, equipados con entusiasmo, coche y una cámara Super 8 “recorríamos Euskal Herria grabando pasos y música para después aprenderlos, porque entonces las cosas no se localizaban en Internet...”, recordaba.