Lo ha sido todo en la radio y la televisión, pero confiesa que cada vez le “resulta menos angustioso” ser menos activo. En el plano político lamenta el ruido en el Estado.
Ha sido un referente para una generación de periodistas y para el público de aquellos años.
—Fueron años de programas televisivos y radiofónicos o, al mismo tiempo, radio y tele semanal, siempre intentando hacerlo lo mejor posible. Y luego, a ese intentarlo, se añade la suerte de poderlo conseguir. Pienso a mi edad de hacer balance que he tenido oportunidades y luego he sabido aprovecharlas, que esto sí que es importante. A veces a la gente joven le digo: “tener posibilidades y no aprovecharlas es de lo peor que pueden decir de uno en la vida”.
Al saber que Xavier Sardá venía a Bilbao a hablar de jubilación activa me acordé del señor Casamayor.
—Pero de esto casi nadie se acuerda. Fue la bomba radiofónica en su momento, la gente creía que existía de verdad. Cuando una entrevista se grababa, al emitirse, el Casamayor me pisaba a mí y yo pisaba al Casamayor. Fascinante.
Hay que mantenerse activo más allá de los 65, de los 70, de los 80 o de lo que sea.
—Depende. Yo ahora no estoy tan activo como hace algunos años. Aprender en este gremio nuestro a decir basta es un poco difícil, pero cada vez me resulta menos angustioso.
Hay gente mayor que no puede permitirse grandes alegrías.
—Los problemas económicos son una parte del problema que pueda tener la gente mayor. Pero hay algo que está en el temperamento, en la lucha para seguir con la cabeza funcional, y eso no tiene nada que ver con el dinero. El temperamento de muchas personas es óptimo y es muchas veces más importante que el dinero que tengas en el banco u otras cosas.
Aunque no le angustie decir basta, tampoco lo veo en Benidorm sentado en una terraza.
—No, pero cada uno puede encontrar la tranquilidad, la paz, en varios sitios.
¿Qué balance hace de los años de ‘La Ventana’ o de ‘Crónicas Marcianas’, programas innovadores?
—Balance positivo. Mucho mejor de lo que jamás hubiese imaginado. Cuando uno estudia Ciencias de la Información se imagina que es para escribir en los periódicos, que así empecé. Yo escribía crónicas de conciertos, no críticas, crónicas. Imaginaba que iba a escribir en periódicos. De repente, un amigo me dice que van a abrir una emisora de Radio Nacional en catalán y me presenté. Y así fue, Radio 4. De allí salté a Radio 1 a mediodía. Y, al final, por toda España. Me acuerdo del primer día que dije, son las 5 de la tarde, las 4 en Canarias. Y piensas “ostras, estoy diciendo esto”.
Cuando diseñó ‘La Ventana’ creía que iba a abrir la ventana y dejar que entrara aire fresco en la radio.
—No, no, no. En Radio Nacional, por las mañanas y por la tarde, todo el mundo se iba quemando contra Iñaki Gabilondo y Luis del Olmo. Tuvimos coraje y nos implementamos, pero a fuerza de hacer los que yo llamaba troicas, tres personajes que tuviesen un nexo, famosos. Ahora esto nos parece normal. Soy más joven que Gabilondo y del Olmo, pero empezamos con máquina de escribir, y mi equipo llamando a Zaragoza: “¿Está fulano de tal?” “Está en la peluquería” “¿Tiene usted el teléfono de la peluquería?” Era así. Mi equipo se tiraba horas para buscar famosos. Llegaron los ordenadores, que era una forma de escribir más óptima, pero nada más. Hasta internet. Y dices, ¿cómo? La bomba. Y el móvil para trabajar hoy, hacer radio o televisión, es increíble. Pero no vi internet.
Hablando de ‘Crónicas Marcianas’, que es un nombre muy afinado, supongo que con un guiño a las novelas de Ray Bradbury.
—Sí, claro.
Pero Bradbury hablaba de la conquista de Marte, y Xavier Sardá trajo a los marcianos a la Tierra.
—A mí me dice Telecinco “deja de hacer todo y sustituye a Pepe Navarro, que se va a Antena 3”. Y yo digo “¿pero qué me estáis diciendo? ¿Que deje todo y haga qué?” Pero uno de mi equipo dijo que podía llamarse Crónicas Marcianas. A mí me aturdía imaginar de fondo una ciudad, como en todos los late show. Y al oírlo, dije, “venga, lo vamos a hacer Claro, seremos marcianos y se verá la Tierra detrás”. Ese fue el leitmotiv.
¿La política española de hoy es una marcianada?
—Bastante. Es muy agotador el rollo del PP, el PSOE y Vox. ¿Qué ocurre en Alemania? El PP y el PSOE de allí, como ha subido las extremas derecha, se coordinan y gobiernan juntos. Pero ya lo han hecho en cuatro ocasiones. Aquí tuvimos Ciudadanos, que se hundió. Lo más difícil de Ciudadanos fue implementarse en Catalunya, fuerza más votada y luego implementarse en España. Y Rivera iba a ser esencial en el gobierno del PP y esencial en el gobierno del PSOE. Pero se creía que iba a gobernar él después de Rajoy y salió Sánchez. Y lo mandó todo a paseo. Y el PSOE y el PP, ¿por qué no podrían llevarse mejor? Incluso formar gobierno... No lo entiendo.
¿Y la política catalana?
—Ahora estamos más sosegados, tenemos un presidente fantástico.