Garden Center, medio siglo de plantas, jardinería y mascotas en Sopela

Hace medio siglo la familia Martínez de Salazar plantó la semilla de lo que hoy se conoce como Garden Center de Sopela. Allí, en unos terrenos en la calle Gatzarriñe, bajo las peñas de Santa Marina, germinó el proyecto de Vicente Martínez y Josefa Marañón, que 50 años después es en un espacio de referencia en el ámbito de la jardinería, floristería, plantas y mascotas en Bizkaia y Euskadi.

Al frente del negocio está la cuarta generación de la familia Martínez, Vicente y Gonzalo, que se hicieron cargo de la empresa familiar a principios de los 90. Una década en la que impulsaron su renovación para llevarla a una nueva dimensión, añadiendo al centro de jardinería la creación de un vivero de producción de plantas de más de 50 hectáreas en la ladera del monte e inaugurando la tienda de mascotas. Fue la primera tienda de animales de compañía en un Garden Center a nivel estatal. Actualmente, ofrecen más de 15.000 productos.

“Nuestro objetivo es que cada cliente encuentre todo lo necesario, desde plantas a mascotas, además de todo lo necesario para el cuidado de las flores, decoración de jardín y hogar, flores frescas para ramos, con asesoramiento y atención especializada”, explican Gonzalo y Vicente.  Plantas de interior y exterior, fertilizantes, herramientas y maquinaria, botica para plantas, todo para el cuidado y mantenimiento de los animales de compañía. “En la tienda de animales ofrecemos la mayor oferta para el hobby de acuariofilia con un gran surtido de peces y de otros animales de compañía”.

Como tendencia actual, lo que más les solicitan son “plantas exóticas y carnívoras, además de ejemplares que sean fáciles de cuidar”, indican los responsables de la empresa, que hace unos años apostaron también por una iniciativa novedosa por Navidad y fueron pioneros en la venta de “Olentzeros para decorar los balcones”, recuerdan.

Tradición empresarial

Pero, antes de afincarse en Sopela, Vicente Martínez de Salazar Setién, el bisabuelo de los actuales propietarios, inició su andadura empresarial a principios del siglo pasado en Getxo, en el barrio de Neguri, en la calle Aiboa. Jardinero de profesión y con formación en Francia, empezó su actividad de producción de semillas, bulbos y similares en 1900. Cinco años después comenzó a producir plantas y flores para la venta y a trabajar en la construcción de jardines. Siguió con el negocio hasta el inicio de la Guerra Civil y tuvo siete hijos.

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Tras el final de la contienda bélica, uno de ellos, Vicente Martínez de Salazar Aretxabala, abuelo de los actuales propietarios, heredó el negocio y, junto a su mujer, María Luisa Basaldua, e hijo Vicente Martínez Basaldua en 1964 abrió una floristería en Neguri y empezaron a vender flores y plantas, dando servicio de decoración de bodas y celebraciones.

Alrededor de 1973, Vicente y Josefa, padres de Gonzalo y Vicente, tras visitar los mejores centros de jardinería en Europa y ver un documental sobre este tipo de centros en Estados Unidos, apostaron por traer este nuevo concepto de tienda de plantas y flores, siendo el primer centro de estas características en Euskadi y uno de los primeros a nivel estatal.  Gracias a un vecino que les prestó 30.000 pesetas de la época, se decidieron por instalarlo en Sopela por ser un entorno natural propicio.  Vicente y Josefa pusieron la primera piedra en Gatzarriñe, 67, cerca de la ikastola Ander Deuna y bajo las  peñas de Santa Marina. Una decidida apuesta que este año cumple medio siglo de existencia. Sus herederos todavía recuerdan cómo fue el primer día de apertura. “Vendió un ciclamen”, relatan Gonzalo y Vicente.

Desde entonces hasta la actualidad, han ido innovando y adaptándose a las preferencias de la clientela en cada momento, incorporando servicios como el de diseño de jardines o terrazas, o también el de decoración para bodas o eventos que, sin ir más lejos, Mar Izquierdo (esposa de Gonzalo) maestra en floristería participo en la confección floral de la boda real de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz. Además, durante estas décadas que llevan al frente de la empresa, Gonzalo y Vicente no han dejado de visitar exposiciones de horticultura y centros de producción internacionales para seguir extendiendo el legado familiar y su pasión por el mundo de las flores.