La línea 4 del metro de Bilbao va a ser el trazado con más recorridos diferentes en la historia del suburbano antes de materializarse. Hay que tener en cuenta que la conexión soterrada entre el sur y el norte de la ciudad ya se preveía en trazado grueso cuando se diseñaron las actuales líneas 1 y 2 con una forma de ‘Y’ que opera en sus extremos por ambas márgenes de la ría y termina por su base en Basauri.
No fue hasta que estuvieron operativos estos dos primeros itinerarios cuando las autoridades empezaron pensar en este nuevo trazado. Corría el año 2008 y se empezó a hablar de la conexión entre Rekalde y Moyúa bautizada como línea 4. Sin embargo, la crisis económica dejó aparcado el proyecto en favor de una conexión ferroviaria desde La Casilla a Rekalde con un nuevo tramo de tranvía.
Una mayoría de vecinos del barrio rechazaron esta propuesta exigiendo servicio de metro y cuando Patxi López (PSE) ocupó Lehendakaritza se hizo eco de esa petición –que llevaba en su programa de gobierno– y suspendió las obras del tranvía que ya estaban adjudicadas. Su gabinete optó por el metro y en 2012 hicieron público un estudio informativo donde desarrollaban no solo la conexión hasta Moyúa, para hacer transbordo con línea 1 y 2, sino que también extendía el recorrido hasta la plaza Euskadi, la Universidad de Deusto y la estación de Matiko para conectar con la línea 3, entonces ya lanzada su construcción.
La crisis económica y la falta de entendimiento entre Lakua y la Diputación fueron argumentos para ralentizar el desarrollo del proyecto. Con los posteriores cambios de gobierno las aguas volvieron a su cauce engrasadas por una bonanza financiera que contribuyó a retomar el proyecto y se analizarán más alternativas.
Hasta Basurto y Zorrotza
Así se alumbró un nuevo recorrido que ponía la estación de Abando como conexión de la línea 4 con la red de transporte público y extendía el servicio hasta Basurto y Zorrotza. Incluso ETS organizó una consulta popular para que los vecinos de Irala y Rekalde eligieran entre las dos variantes que se barajaban bajo sus barrios para tener mejor acceso al metro.
Aun sin ser condicionante, el Gobierno vasco incluyó la opción elegida y sacó a concurso la redacción del proyecto constructivo en febrero de 2023. Ahora otro cambio de intenciones obligará a modificar los planos que se darán a conocer, con toda probabilidad, este año.