Fue hace 10 años, febrero de 2015, cuando, dirigidas por la impulsora de la iniciativa, Marijo Martín, un grupo de mujeres de todas las edades comenzaron a quedar en Maristak para tejer. Así nació el movimiento “Maristak… y punto”, una afición que continuó durante el tiempo de pandemia, desde sus casas, y donde cambiaron las agujas de tejer por la máquina de coser para confeccionar mascarillas que se repartieron en residencias y servicios esenciales. “Me hace especial ilusión veros otra vez a todas tras 151 sesiones”, confesaba Martín en el encuentro que tenía lugar este miércoles, al tiempo que tuvo unas sentidas palabras de recuerdo a varias tejedoras que habían fallecido en los últimos años.
Ahora, una década después, hacen balance de estos años. Todas estas mujeres, la más joven tiene 30 años y la más mayor 85, han llegado a tejer más de 5.000 prendas, que se han repartido a diferentes proyectos y entidades, como Caritas, que trabajan con personas en situación de vulnerabilidad. Mantas, gorros, mitones, cuellos, bufandas, ponchos, sacos para bebés, vendas, estuches, calcetines… son algunas de las prendas que durante este tiempo han tejido este grupo de mujeres. Un movimiento solidario que durante estos años también han estado presentes en días significativos tejiendo mariposas o bufandas contra la violencia de género o para la visibilización de la esclerosis y la sensibilidad química múltiple.
“El grupo “Maristak…y punto” ha sido y sigue siendo un lugar de encuentro intergeneracional, donde diferentes mujeres de todas las edades, han compartido conocimientos y vida entorno a esta afición. Una afición que más allá de lo productivo, tiene un componente de cuidado y bienestar emocional. Juntas han dado color y calor a una afición, a unas necesidades y al mundo del tejido”, explicaba su impulsora en el encuentro del pasado miércoles.
Una sesión, la 151, que comenzó con un vídeo que repasaba, con una ilustración de fotografías, todos los años, reuniones y actividades que han venido desarrollando durante esta década. Sin olvidar que todos los años, desde 2021, los ocho de junio, salen a la calle para celebrar el día internacional de tejer en la calle. Un momento en el que quieren visibilizar y dar a conocer el trabajo que desempeñan y enseñan las prendas que tejen en sus sesiones. Durante las primeras ocasiones eligieron la plaza Ezkurdi de Durango, sin embargo el pasado año se trasladaron a la renovada plaza de Madalena, donde una veintena de mujeres se dieron cita en esta emblemática plaza durangarra. “Tejer nos aporta tranquilidad, charlamos, nos reímos mucho”, confiesan.