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Historietas y canciones sin finales en Getxo

La tienda de segunda mano Suan, de Las Arenas, recibe el premio ‘Sostenibilidad 360º’ del Consistorio | Su propietario, Borja Zubizarreta, vende y también compra vinilos, dvds, cedés, cómics, libros...

En imágenes: Historietas y canciones sin finales en GetxoMarta Hernández

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“¿Tienes vinilos de Extremoduro?”, pregunta la voz joven de una muchacha. Y entonces Borja Zubizarreta se adentra, primero de memoria, en los múltiples y fascinantes recovecos de su tienda, Suan. “No, pero tengo de Robe”, contesta. Es una respuesta efímera, reversible por completo en un tris. Mañana puede tenerlos. Y es que, en su local de la calle Particular de Club, en Getxo, Borja vende y compra cedés, casetes, dvds, libros, cómics... que suenan, se ven y se leen en sus sucesivas vidas de un sinfín de inicios. “Es un mar para ríos de mercadillos y obras rescatadas de la trituradora”, reza la presentación de este lugar que atrapa.

Los premios al comercio que acuña el Ayuntamiento de Getxo -y que nacen de candidaturas de la propia ciudadanía y de asociaciones- han concedido a Suan la distinción Sostenibilidad 360º. Sobran las explicaciones. Ahí luce el galardón plateado del Molino de Aixerrota entre el colorido de discos de todos los tamaños habidos y entre tapas de libros: unos, en vertical, otros abiertos, algunos de cara y los hay que están tumbados. Ahí, en Suan, todo está apelotonado, pero está ordenado y desprende encanto.

La sección de libros dedicados al cine y a la música es uno de los rasgos diferenciales de este establecimiento comercial

Este rincón, txikitito, ha alzado la mano, la segunda, y ha conseguido, en sus dos años de trayectoria, un séquito de compinches, seguidores, compradores, defensores, vendedores... Las reseñas de Google lo expresan mejor que la firmante líneas atrás: “Todo tiene sentido en esta tienda. De allí te vas deseando volver”. “¡Qué genial rebuscar y encontrar auténticas joyas tanto en cómics, como libros, música y merchandising!”. “Lugar recomendable para lectores y melómanos. El chico es una biblioteca abierta”. “Un lugar único, lleno de rarezas, curiosidades y buena literatura”.

Palabras y resultados felices para el ímpetu de este vecino de Romo. “Yo tenía un trabajo de mierda, con unas funciones de mierda, era un asalariado en un sitio en el que me trataban como a una mierda...”, suelta sin tapujos. “Y ya vendía on line. Sabía que en la famosa aplicación de segunda mano, estos artículos se vendían”, rebobina Borja. Las ganas ganaron. Se impusieron a los miedos y al salto al vacío de la incertidumbre. “Llevaba mucho tiempo pensando en el proyecto, pero me tiraba para atrás que no encontraba un local adecuado. Y también el hecho de que lo comentaba entre mis amistades y la reacción era un silencio sepulcral. En plan: Estás loco, ¿cómo vas a abrir hoy en día un comercio a pie de calle?, asegura. 

Esas dudas revestían su lógica, pero la locura ha resultado ser cordura en esta tienda de Las Arenas. “He tenido una acogida fantástica. Estoy muy contento. Tengo gente todo el rato: desde que abro hasta que cierro. No pensé que iba a funcionar tan bien, para nada”, confiesa Borja. Esta realidad, sujetada por mundos sonoros y literarios infinitos, tiene trabajo detrás, claro: no solo en el exigente horario comercial, sino cuando la persiana baja. “Después, hay que limpiar, ordenar, almacenar, preparar envíos, ir a buscar a material, ir a Correos...”, suspira este getxoztarra.

La clientela es muy diversa y cada vez son más las personas que van a vender. “Estoy comprando aquí una barbaridad”, admite Borja

Es un comercio con personalidad -una expresión manoseada tantas veces, pero que en este caso se apodera de todo el significado-. “Selecciono mucho. Lo que tengo está bien elegido, no vendo cualquier cosa. Escojo bien porque, además, en el poco espacio que tengo, debe haber buen material siempre”, admite el propietario. “También intento tener algo nuevo cada semana, que parece difícil, pero hay gente que viene todas las semanas y así pueden encontrar cosas diferentes.

Generalmente, cada cliente va directo a su sección”, señala. Las letras sobre las escenas del cine o sobre las notas de la música son un rasgo diferencial de este baúl de los recuerdos que se toca. “Yo soy cliente de tiendas de segunda mano, de franquicias, y vas a la sección de cine o de música y no hay libros. Aquí sí”, aclara Borja. “También tengo muchos cómics. Los días del Salón de Getxo es cuando más he vendido. Incluso la gente me decía que tenía mejores que allí”, sonríe.

Todas esas fuerzas La orgullosa alma friki da alas a este pequeño negocio, también la nostalgia apegada a EGB, el cariño de ida y vuelta al vinilo, el sentido lógico de que un libro sea devorado por muchas manos... Aunque lo de los cedés es más difícil de entender... “Se venden mucho, ¿eh? Creo que viene gente que ha crecido y vivido con ello y les gusta”, supone el comerciante. Todo ello, salpicado por muchas particularidades. “Tengo un cliente que me compra los dvds para su casa en un pueblo de Burgos sin Internet. Allí viven como aquí en los 90”, cuenta Borja. “Tengo muchos compradores que trabajan en oficinas y que vienen a las dos de la tarde, cuando salen, a por algo. Tengo de todo.

Es imposible trazar un perfil de cliente: están desde los padres que vienen con el hijo al que han ido a buscar a la parada de bus, a mucha gente joven...”, describe Borja.

Muchos de esos buscadores son vendedores también. “Ahora estoy comprando mucho en la tienda; antes tenía que moverme yo por mercadillos, ferias, franquicias... Pero ya estoy dejando eso y estoy comprando aquí una barbaridad y cosas mucho mejores que las que yo encontraba por ahí”, destaca. Y así se forma una alianza fiel y férrea a los dos lados del mostrador. “Nos retroalimentamos. Y me recomiendan, porque yo no controlo de todo. Me hacen el trabajo también”, comenta entre risas desde su tienda, donde todo tiene sentido y donde es genial rebuscar y perderse entre las rarezas.