En la década de los setenta, un grupo de mujeres comenzó a escribir la historia del fútbol femenino en Mungia. En pleno franquismo desafiaron a los estigmas sociales –y a sus propias familias– y se vistieron de corto con los colores blanquiazules, formando el primer equipo de fútbol femenino de Mungia. Unas pioneras que empezaron a dar rienda suelta a su pasión por el balompié en el campo de Basozabaleta, ubicado en la rotonda de Atxuri. Ha transcurrido más de medio siglo desde entonces, pero su legado sigue más vivo que nunca. La llama del fútbol femenino no se ha apagado en Mungia y, además, recientemente el CD Mungia les brindó un merecido homenaje con motivo de los actos del centenario del club organizando un partido entre veteranos del club y del Athletic.
“El día no acompañó, pero el homenaje se lo tienen más que merecido. Sentaron las bases del fútbol femenino en Mungia y, hoy en día, tenemos cuatro equipos femeninos. No es fácil, pero estamos muy ilusionados con el proyecto y con nuestra filosofía de contar con jugadoras de Mungialdea”, resume el presidente de la entidad, Aitor Aurtenetxe, que lleva cerca de una década en el cargo.
Aquellas primeras jugadoras del club procedían en su mayoría de Gatika y de Mungia y se llamaban Loli Goienaga, Rosa Mari Ipiña, Marisa Amezaga, Merche Ibarretxe, Angélica Amezaga, Amor Salcines, Inmaculada Ortega, Blanqui, Isabel Ipiña, Itziar Garmendia, Mari Carmen Ojanguren, Pili la de la Cepa, Miren Aginaga, Ikerne Larrauri y Nekane Garmendia.
Precisamente, esta última era la portera del equipo y recuerda con cariño aquellas dos temporadas en las que jugó en el equipo, denominado por aquel entonces Duff Gordon debido al patrocinio de una firma de brandy. “Nos pagaba, incluso, los viajes en autobús”, recuerda Nekane. Tenían entre 15 y 16 años y a algunas, sus padres no les dejaban jugar, pero aun así lo hacían a escondidas. “Cuando los periódicos hacían alguna crónica del equipo les pedíamos que nos cambiaran el nombre, en mi caso, me hacía llamar Arantza”, desvela.
Su historia es la de una joven cuyo amor por el fútbol le viene de familia, donde no le faltaron referentes. Uno de sus tíos, Ángel Sertutxa, militó en el Athletic y otro, José Manuel Sertutxa, en el Deportivo de La Coruña. “El fútbol siempre se ha vivido en mi casa intensamente y a mí me ha encantado desde pequeña”, expone. Sin embargo, su llamada a filas del equipo no fue por iniciativa propia, sino de su hermana. “Ella jugaba y un día me dijo que estaban solo diez jugadoras y que me necesitaban. Por aquel entonces usaba gafas, pero daba igual, me puse de portera”, explica. Enseguida encontró la complicidad del técnico del equipo, Carlos Jaramilllo, “un señor muy majo” que le brindó todo su apoyo. No competían en una liga regular, sino en torneos contra otros equipos de Bizkaia. “El Sondika era el referente”, recuerda Nekane. No obstante, a los partidos del equipo acudía mucha gente y el ambiente “era muy bueno, muy sano”. “Nos trataban muy bien y con mucho respeto, no había insultos”, señala. Sin embargo, después de dos temporadas, los estudios le obligaron a colgar los guantes. Con 23 años se casó con un jugador del Mungia y ya no volvió a jugar, aunque la pasión por el fútbol sigue intacta. “Voy a muchos partidos. Recuerdo con mucho cariño aquella época y nos ha hecho mucha ilusión que se acuerden de nosotras”, concluye.
Dana de Valencia
Sobre esta línea, el presidente de la entidad mungiarra trabaja para organizar un nuevo homenaje a ese primer equipo femenino con un partido amistoso frente a las veteranas del Athletic Club. Del mismo modo, el club ha mostrado una gran sensibilidad con el trágico suceso de Valencia y se ha puesto en contacto con el Catarroja CF, el club de fútbol de la localidad valenciana gravemente afectada por las inundaciones, con el objetivo de establecer un hermanamiento y colaborar con ellos mediante una aportación económica. “Al ser un club modesto, nuestra ayuda no podrá cubrir todas las necesidades de las personas afectadas por el desastre, sin embargo, estamos convencidos de que cualquier contribución, por pequeña que sea, será bien recibida y marcará una diferencia”, expone Aurtenetxe, que invita a todo el mundo a sumarse esta iniciativa.