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Ludópatas “en alerta” por Navidad

Ni al bingo casero ni a las cartas. Los jugadores rehabilitados deben evitar cualquier estímulo y la lotería es ‘omnipresente’. “Si te bombardean, es muy fácil bajar la guardia”, afirma uno

Ludópatas “en alerta” por NavidadJosé Mari Martínez

¿Alerta en Navidad? Toda. El juego es el protagonista en este periodo y por supuesto que es muy peligroso, igual que una celebración o un guateque lo es para un alcohólico”. Lo dice Juan, un bilbaino que jugó por última vez en 1997, pero que ni aun así se relaja. “Hace 24 horas que pude parar mi enfermedad, pero me moriré con ella. Siempre hablamos de 24 horas en 24 horas porque tiene la misma posibilidad de recaer una persona que ha dejado de jugar hace unos días que una persona que lleva años”, explica. El problema es que en navidades las tentaciones se multiplican y la invitación a comprar lotería te puede asaltar sentado en el sofá viendo la tele, en el patio del colegio, tomando un café o trabajando. “Cualquier tipo de juego es perjudicial. Si constantemente te están bombardeando con algo, es muy fácil bajar la guardia y caer y la enfermedad es compulsiva, en cuanto empiezas, no puedes parar”, advierte.

Adquirir un décimo o una participación puede echar por tierra un periodo de abstinencia porque “una cosa te lleva a la otra”. Por eso, en Jugadores Anónimos, a cuyas reuniones acude Juan en Basurto, recomiendan que “no se juegue absolutamente a nada, ni siquiera a cartas”. Cualquier estímulo puede hacerles “entrar en acción”. “En el momento en que compras el primer décimo o metes la primera moneda, ya no te puedes contener. Se trata de no comprar nada ni jugar a nada”, recalca.

En época navideña, comenta, tienen que redoblar esfuerzos porque “constantemente te están ofreciendo billetes de lotería en cuadrillas de amigos, txokos, centros de trabajo o educativos... Esto nos pone en una situación de riesgo y te ves en la tesitura de tener que mentir: No tengo dinero, No me apetece... porque tampoco vas a contar a todo el mundo tu enfermedad, que es muy estigmatizante”, lamenta e insiste en que la Navidad es “una época propicia” para dar pasos atrás. De hecho, atestigua, “muchos compañeros recaen. Cuando mejor crees que estás, sobre todo, es cuando más posibilidades tienes de recaer”, alerta.

“No son viciosos, son enfermos”

Juan reconoce que “el juego en sí no es malo”. “El problema lo tengo yo, que soy el enfermo”, dice, consciente de que “no puedes prohibir el juego, igual que no puedes prohibir el alcohol o el tabaco, pero habría que hacer campañas de sensibilización mucho mayores porque hay muchos enfermos diagnosticados”, afirma.

Otras personas, en cambio, no asumen que tengan un problema de juego patológico. “Es lo mismo que les pasaba a nuestros padres: Yo bebo lo normal, lo que bebe todo el mundo. No, usted es alcohólico. Pues con el juego pasa lo mismo. Si una persona se compra un billete de lotería, no pasa nada. Si se gasta 4.000 euros en lotería, tiene que hacérselo mirar. Otra cosa es que él reconozca que tenga un problema o no”, explica y subraya que “no son viciosos, son enfermos”. “Nosotros no somos culpables de nuestra enfermedad, pero sí responsables de nuestra recuperación. Tenemos que estar alerta para saber decir que no”, sostiene.

La sociedad, por su parte, añade, tiene que “conocer que hay una enfermedad que se llama ludopatía y que cada vez está más presente en nuestra vidas porque si no es consciente de la gravedad de la situación, no va a poder hacer nada”, avisa. A diferencia de otras patologías, esta, dice, “no es visible”. “Los únicos que sufren son los familiares y las finanzas del propio perjudicado. Muchos, de hecho, se quitan la vida. La ludopatía puede ser causa de suicidio. Yo conozco a bastantes compañeros”.