Una de las primeras decisiones del recién nombrado lehendakari Aguirre consistió en planificar una línea defensiva diseñada para “generar un espacio protegido en torno al Gran Bilbao” en caso de que las tropas franquistas se aproximaran a la capital vizcaina. “Más de ochenta kilómetros de longitud con 300 estructuras distribuidas en 33 localidades en cuya construcción, a través de los montes más cercanos, participaron 14.000 personas, también mujeres y niños”, explicó Iratxe Uriguen, de la empresa Orbela, encargada de dar forma al mapa de recuperación de la memoria histórica de Galdames.
Entre las iniciativas con las que recordar lo sucedido está la instalación de paneles y la edición de un tríptico informativo sobre los vestigios del Cinturón de Hierro preservados en el municipio, según detalló en la charla celebrada el pasado domingo que incluyó la visita a un nido de ametralladora en la zona de El Cerco dotado con dos troneras. Ahí se ha instalado uno de los carteles, mientas que el otro se puede leer en la plaza San Pedro.
La divulgación de la información “es lo último que se ha hecho dentro del proyecto y en la página web del Consistorio se han empezado a volcar estructuras e historias en un mapa digital” precisó, ensalzando la “bonita labor” impulsada a nivel municipal también con los libros relacionados con la Guerra Civil y la postguerra que se presentan en diciembre y se regalan a la ciudadanía. El octavo saldrá a la calle en diciembre. “¡Lo importante que es recobrar las pequeñas historias de cada pueblo! Antes no se podía hablar del tema, se llega tarde”, animó, reconociendo su sorpresa por el hecho de que “veinte personas” de una población del tamaño de Galdames pasaran por el campo de refugiados de Gurs, en Francia y conmovida por las vivencias de los vecinos y vecinas que protagonizan las publicaciones.
El mayor problema para la conservación de las infraestructuras, pese a que están protegidas por ley, reside en que “gran parte se asientan en terrenos privados”. “Lugares muy estratégicos que permitían un control del entorno”. A veces “se advierten en el terreno las pisadas de milicianos y de perros”, lo que acerca a las durísimas condiciones de vida en el frente. El nido de ametralladora de El Cerco “podría haber sido cubierto con rollitos de pino y aún conserva el acceso al polvorín”. Al lado se aprecia la entrada a una galería de mina con salida pensada para que pudieran correr a guarecerse “si caía una bomba, taponar la entrada y pasar al otro lado”. Actualmente muchos sirven de hogar a murciélagos.
Cuando la contienda alcanzó Euskadi miles de refugiados huyeron hacia Enkarterri, varios de los asistentes a la charla recordaron el vínculo establecido con las familias que los acogieron. Sin embargo, tras la ruptura del Cinturón de Hierro el 12 de junio de 1937 “entre Gamiz-Fika y Larrabetzu” y la caída de Bilbao una semana más tarde, todos los esfuerzos no pudieron impedir que las tropas franquistas tomaran la comarca. A Galdames acudieron cantidad de milicianos asturianos. En 2013 se exhumó un cuerpo en el barrio de Montellano que “no pudo ser identificado y terminó en el columbario de la dignidad en Elgoibar”.
Momentos extremadamente complicados para las personas movilizadas. “Cuando cayó el Cinturón de Hierro marchó corriendo a Bilbao y pudo refugiarse en casa de un pariente. Les dijeron que se dispersaran para intentar salvarse”, compartió otro de los asistentes a la jornada sobre un familiar. En otros casos, los que no lo consiguieron fueron obligados a luchar en el bando contrario.
Su huella pervive también en estos elementos, como la inscripción con fecha 1937 en un nido de ametralladora de Arbori, en Güeñes que humaniza el drama.
Proyecto
Mapa de la memoria. En la web municipal de Galdames se están volcando infraestructuras de interés relacionadas con la Guerra Civil en la localidad y también algunas historias como las recogidas en los libros de memoria histórica que el Ayuntamiento publica en diciembre y regala a la ciudadanía por Navidad.
Localidades
33
Más de 14.000 personas, incluyendo mujeres y niños, participaron en la construcción del Cinturón de Hierro desde 1936 a lo largo de ochenta kilómetros atravesando 33 municipios. Entre ellos, Galdames y, dentro de Enkarterri, también Gordexola y Güeñes, como figura en los paneles informativos instalados en la plaza San Pedro y cerca de un nido de ametralladora en El Cerco.