El Museo de la Minería pide ayuda para preservar una colección "única en el Estado"
Necesitaría 300.000 euros para construir un espacio cerrado y no tener sus fondos a la intemperie
La llamaban La jardinera pero era el vagón de un funicular que trasladaba a los mineros a 110 metros bajo tierra en Abanto y Zierbena; allí, en el pozo Bodovalle, trabajaban sin descanso en turnos de 24 horas para extraer el preciado mineral de hierro. "Fue un elemento fundamental hasta que la mina cerró en 1993 y se está perdiendo", ha advertido el director de la asociación cultural que gestiona el Museo de la Minería del País Vasco, Aitor Uriarte. Los responsables de la fundación que mantiene este espacio han pedido ayuda a la Diputación Foral de Bizkaia para salvar un patrimonio "que es único": necesitan 300.000 euros para construir un pabellón cubierto que permita proteger elementos históricos que hoy en día se están degradando a la intemperie.
Los responsables de la fundación han acudido este martes a las Juntas Generales para dar a conocer la situación en la que se encuentra el espacio, recibe 20.000 visitas al año y se creó hace 40 años para preservar "una de las mejor colecciones mineras del Estado". A través de una fundación, medio centenar de voluntarios se afanan en recuperar y conservar no solo el material que se utilizaba en las minas, como vagonetas o montacargas, sino también fondos documentales, como planos, e incluso las viviendas en las que se residían los trabajadores y una cantina histórica. "Hemos logrado evitar la destrucción de la mejor colección de minería del País Vasco", ha subrayado Uriarte.
Ellos realizan su trabajo de forma voluntaria, "somos capaces, lijando y pintando, de eliminar el óxido y devolverles la luminosidad que tenían cuando se utilizaban" pero el tiempo también hace el suyo: muchas de esas piezas se quedan a la intemperie, sometidas a un "deterioro continuo", porque no tienen un espacio a cubierto donde protegerlas. "Nos duele en el corazón ver que, en un año, las vamos a ver en la misma situación. Es una sensación muy grande de abandono; son piezas únicas que no se van a volver a ver", han advertido.
Pabellón cerrado
Ya tienen una tejavana en la que protegen algunas de las piezas, vagonetas que conforman "la mejor colección del Estado", pero necesitan más ya que en la parcela exterior se exhiben "multitud de materiales que también necesitamos cubrir". Por ello, han elaborado un proyecto para construir un pabellón cerrado. ¿El problema? Su coste: 300.000 euros que no pueden afrontar con las ayudas que actualmente reciben de las instituciones. "Tenemos una colección increíblemente valiosa en su conjunto, con piezas originales y únicas; Bizkaia no puede renunciar a conservarla. El Museo necesita ayuda urgente", ha pedido su director. Y es que los 70.000 euros que aporta la Diputación "nos vienen de perlas para tener abierto el museo", pero no llega para acometer inversiones.
Antes de verano ya se pusieron en contacto con el departamento foral de Cultura pero aún no han recibido respuesta, aunque reconocen que "no tenemos por qué interpretarlo como una negativa", de ahí que hayan decidido hacer llegar también a los grupos políticos su preocupación.
Todos los partidos se han mostrado de acuerdo en la necesidad de preservar este patrimonio histórico y etnográfico. De hecho, han planteado a los representantes de la asociación que presenten una alegación ciudadana en este sentido al proyecto de presupuestos de la Diputación para 2025, que actualmente se tramita en las Juntas Generales, de tal forma que puedan recogerla en forma de enmienda y tratar de introducir una partida específica para el próximo año.