“Yo flipé cuando mi editorial Mr. Momo me dijo que iban a presentar el libro de Enya Red y la diosa de las sombras al International Latino Books Awards (ILBA), el concurso más grande de literatura latina en Estados Unidos celebrado en la ciudad californiana de Los Ángeles”, acierta a describir el trapagarandarra Tomás Medina. “De hecho se agradece este tipo de concursos porque casi todos los demás premios que hay a nivel nacional se conceden antes de publicarlos y a los autores nos interesa más los premios una vez que está publicados, lo mismo que las traducciones. De hecho, te dan ayudas si escribes el libro en euskera pero si lo traduces, no te dan ningún apoyo. Entonces dices: ¡ah caramba!, si vamos a impulsar el euskera qué más me da quien lo ha traducido y que más me da quien lo haya hecho”, plantea el autor de literatura infanto-juvenil que ha visto como su primera entrega de Enya Red se ha traducido al euskera bajo la batuta del miembro de Euskaltzaindia y profesor de la UPV-EHU, Koldo Biguri.

Pedagogo terapeuta en la Ikastola San Félix de Ortuella, Medina compagina este inesperado aval al primero de los tres libros que hasta ahora ha dedicado a la joven “guardiana del equilibrio entre el mundo real y el mágico” –que ya se ha hecho un importante hueco en las estanterías de particulares, bibliotecas y otras entidades culturales– con el lanzamiento de su cuarto libro de la saga del universo mágico de Trapagaran titulado Alan y los nómadas del tiempo.

Viajero del tiempo

Enya Red

“Alan es un chaval de Trapagaran al que en fiestas le roban el móvil y la cartera y que persiguiendo al ladrón hasta el ascensor de San Gabriel descubre que la puerta del cuarto auxiliar del elevador es en realidad una puerta que le permite viajar en el espacio y en el tiempo”, resume Tomás Medina que reconoce que esta cuarta entrega de la saga –en la que está prevista la edición de otros cuatro libros con diferentes personajes que se suman en un desenlace coral– está “más volcada en la ciencia ficción que en el carácter fantástico que predomina en los tres primeros libros en los que el protagonismo recaía en Enya Red y en los múltiples personajes que la acompañan en su cometido así como en su antagonista de cabecera: Morrigan, la hechicera”.

Tomás Medina, a pesar del espaldarazo del concurso internacional cuyo falló se presentará este lunes, tiene claro que “yo llegaré donde mis lectores y lectoras quieran”. En este sentido Medina, que comenzó en esta aventura literaria de la mano de su hija Paula –a la que empezó a contarle cuentos producto de su inventiva–, reseña que “si veo que Alan no sale adelante, no pasará nada aunque de momento el apoyo de la gente está siendo abrumador”.