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Historias montañeras

Centenario de la primera escalada al Picu Urriellu

Centenario de la primera escalada al Picu UrrielluJULIO DIEGO, GATB

Hace 20 años, en 2004, se celebraron los actos con motivo de la primera escalada al Naranjo de Bulnes. Fue el centenario de la pared más importante del alpinismo español que encumbró con sus gestas el deporte del montañismo. Muchos vascos crecimos allí, en cotas de mayor altura que las nuestras. Teníamos 16 años y pasamos de las marchas reguladas en casa a pedreras larguísimas en las que bajábamos esquiando, deslizándonos vertiginosamente por los canchales que eran lágrimas de piedra que utilizábamos como toboganes.

Este coloso de Picos de Europa fue conquistado por vez primera hace 120 años. Fue el acicate y la mejor propaganda para la expansión del deporte del montañismo en el Estado español. Aquel día de 1904 Pidal y Pérez alcanzaron por vez primera la cumbre. Pedro Pidal y Bernardo de Quirós, marqués de Villaviciosa, ascendió con ropa de calle y botas, era gijonés, directivo en una importante empresa de Mieres, relacionado con la corona española, senador, ideólogo y creador de los parques naturales en España, deportista y cazador, de los llamados de dificultad.

El otro, Gregorio Pérez Demaría, alias El Cainejo, nació en Caín en 1853 y falleció en el mismo lugar el 09 de julio de 1913. Fue pastor y un perfecto conocedor del entorno. Subió descalzo y en mangas de camisa. El Cainejo se casó con La Caina (vecina del pueblo), Francisca Cuevas, y tuvieron cinco hijos. Dos de sus nietas fueron las primeras mujeres en hacer cumbre en el Picu: María Pérez Pérez, el 31 de julio de 1935, y el 06 de agosto de 1935, Teófila Gao Pérez.

Cima del Picu. De izda. a dcha., Julio Diego, Iñaki Martínez, Gorka Cacho, Isabel García y Roberto Rodrigo.

Es una cumbre de 2.519 metros de altitud. Destaca de entre todas las vías, la pared oeste con 500 metros de patio. Esta montaña es una impresionante roca de verticales aristas cuya silueta es inconfundible en el macizo de Picos de Europa, que separa Asturias y Castilla-León con Cantabria.

El primer escalador que alcanzó la cumbre en solitario fue Gustavo Schulze, en 1906, de origen mexicano–alemán. Tuvo que demostrar que consiguió llegar en solitario entregando al propio Pedro Pidal la tarjeta que este dejó en la cima y una de las botellas de vino que subieron. La otra se la bebieron en la cumbre Pedro y El Cainejo.

En los actos del centenario de esta gesta montañera, la Federación de Montaña de Castilla y León, apoyada por el grupo Yordas, organizó el XVII Campamento Regional de Montaña en Caín, homenajeando a El Cainejo e inaugurando un monumento en su honor y en el del centenario.

Es una roca caliza de 50 centímetros tallada por el cantero de Caín, Eliseo Cuevas Sadia, en la que se puede leer en una placa dorada las palabras que pronunció Pedro Pidal: “No hice más que colocar mis manos y mis pies donde Gregorio había puesto los suyos”. Este comentario - y que Gregorio tuviera 51 años y el marqués 34 - demuestran la confianza de Pidal en El Cainejo.

Angel Landa Bidarte (Bilbao, 1935-2020) fue el primero en hacer la invernal de la cara norte, en 1956, en compañía de Pedro Udaondo. Contaba Landa con más de 125 subidas al Picu. El joven guía Fernando Calvo, de 26 años, les acompañó.

El Picu Urriellu.

Volvamos al centenario. El capellán de la Federación Asturiana de Montaña, padre Rodrigo, rezó un responso por todos los fallecidos en esa montaña. A su vez, se celebró el 50º aniversario del refugio, obra del arquitecto Julián Delgado Úbeda, quien presidió la Federación Española de Montaña en el 50 aniversario de la primera escalada al Picu. Este refugio, que actualmente dispone de 90 plazas, comenzó su andadura con 13 catres que después pasaron a ser 40 camas.

Unos pocos consiguieron descender hasta el Pozo de la Oración, en Póo de Cabrales, donde se celebró otra eucaristía en una carpa instalada al efecto con 500 montañeros presentes aquel 5 de agosto de 2004. Quiero destacar la lectura que hizo la pastora y poetisa Isabelina Mestas, cronista de Cabrales, quien leyó un precioso poema dedicado al centenario.

El primer accidente mortal en el Picu lo sufrió Luis Martínez, El Cuco, en 1928. En 1954 se inauguró la imagen de la Virgen de las Nieves en la cima del Naranjo, a la vez que se celebraba un campamento internacional de alta montaña. En 1962 los montañeros Rabadá y Navarro consiguen hacer cumbre por la cara oeste, lugar en el que siete años después Berrio y Ortiz fallecieron.

La ascensión a este coloso es difícil. Es una de las paredes más famosas entre los escaladores de todo el mundo y, sin duda, el icono montañero español. Su entorno, que tanto conocemos los vascos montañeros de mi generación, es de gran belleza. Sólo le faltan dos cosas: árboles y agua. Es la altura y la sequedad de la caliza.