“El único mérito que tengo y del que puedo y no me importa presumir es que este pasado mes de enero cumplí 100 años”, relataba ayer la zierbanata Visitación Fernández Ortiz, Visi, que ayer fue la madrina de honor de la celebración del Zierbena eguna en el que se festejó la consecución, hace 32 años, de la independencia del actual municipio costero. Un Consistorio desgajado oficialmente en 1995 del Ayuntamiento de Abanto-Zierbena, que hoy día goza de su independencia gracias a la labor que Visi, entre otras muchas vecinas y vecinos, desarrolló en los años 80 y 90 en la génesis del movimiento que lograría en 1992 la desanexión de los seis barrios de la antigua parroquia de San Román de Zierbena: Kardeo, El Puerto, La Cuesta-Aldapa, La Arena, Valle y San Mamés, del municipio de Abanto-Zierbena.
“Ahí estaba yo, junto con mi hermana Eugenia, que era más peleona aún que yo, rodeada de tantos hombrones en Gernika el día de la aprobación de la independencia. No creas que todo fueron rosas porque poco antes de la votación nos comentaban que faltaba uno de los junteros que iba a votar a favor de nuestra causa pero no llegaba y no llegaba. Aunque al final el hombre llegó a la votación”, apuntaba
Una mujer batalladora Visi. Durante la guerra civil, por ejemplo, se ocultaba junto a varias amigas de los franquistas en el viejo cuartel (no el actual que sobrevive en Punta Lucero) para no participar en los fastos que organizaban “para festejar su conquista de Euskadi. Al principio lo hicimos sin problemas pero se enteraron y nos llevaban a la fila a cantar el Cara al sol con un soldado detrás y cuando intentábamos descansar el brazo nos lo elevaba con el fusil que supongo estaba descargado”, relataba Visi tras izar la enseña que representa a su querido pueblo de Zierbena.
Casada con Luciano Laza, con el que tuvo dos hijos –Koro y Gonzalo– que la han hecho abuela de tres nietos –Endika, Eneritz y Ailander– y bisabuela de Izei y Ekai, Visi es el reflejo de la unidad de los habitantes de Zierbena ante lo que consideraban un abandono sistemático de los servicios y las inversiones en estos enclaves por parte del Ayuntamiento con sede en Gallarta.
“No hay rencor hacia nuestros vecinos, ni siquiera los partidos políticos, simplemente los vecinos creíamos que con la independencia íbamos a tener un mejor futuro como así ha sido aunque hay que reconocer que el municipio de Abanto-Zierbena también ha cambiado mucho y a mejor en este tiempo”, remarcaba la amama de Zierbena que ayer rechazó cualquier tipo de ayuda para enarbolar la enseña municipal.
Retos
Un análisis que compartía el alcalde zierbanato, Eugenio Mendikote, quien en su saludo a los vecinos y vecinas congregados en la puerta de la casa consistorial de La Cuesta –antes del izado de la bandera marrón adornada con el galipo cesto de pescador, el remo y el kako– recordó que la independencia del municipio “es un ejemplo de lo que puede lograrse cuando se trabaja de forma conjunta y solidaria, hombro con hombro y sin perder nuestros valores y nuestra identidad”.
No obstante, el regidor de Zierbena tras reconocer que el 15 de octubre es una jornada de celebración destacó que también es día para la reflexión. “Estos hitos son un buen momento para valorar todo lo que hemos conseguido, nuestra gran calidad de vida, nuestros mejores y más avanzados servicios y sentirnos orgullosos y orgullosas de nuestro municipio y de todo lo que hemos conseguido juntos pero también nos debe servir para tener claro que, a pesar de los logros, los desafíos siguen ahí”, resumió.
Mendikote incidió que “en Zierbena no vivimos en una burbuja y somos conscientes de que aún hay familias que se enfrenta a dificultades. Vecinos y vecinas que buscan empleo o personas que atraviesan situaciones difíciles”. Por ello, el alcalde reclamó que Zierbena siga siendo un lugar en el que el dinamismo, la esperanza y la ilusión por el futuro siga latiendo con fuerza. “Aquí estamos para demostrarlo”.