Las obras de la pasarela All Iron avanzan a buen ritmo. A principios del próximo año finalizará la primera fase de la cimentación de la estructura y comenzarán entonces a levantarse los pilares que sostendrán el puente móvil, que se abrirá al paso en 2026, una vez se remate la urbanización de las zonas aledañas tanto en Barakaldo como en Erandio.

La pasarela solo permitirá el paso de peatones y ciclistas y, con un diseño curvo, contará con dos tramos móviles para permitir el paso de embarcaciones por la ría. Tendrá 400 metros de longitud y seis de anchura, tres para el uso peatonal y otros tantos para el ciclista, segregadas entre sí. Unas pilas ancladas a la roca serán las que sostendrán el puente, distribuidas en dos tramos fijos y dos móviles. Entre pila y pila habrá 30 metros de distancia, excepto en el vano central, que acotará el canal de navegación y tendrá una anchura de 60,20 metros.

Los dos tramos móviles se abrirán girando en el sentido de las agujas del reloj: el vano central más cercano a Barakaldo quedará orientado aguas arriba y, el de Erandio, aguas abajo.

La primera fase de la cimentación, que comenzó en junio, consiste en la instalación de pilotes, de entre 30 y 35 metros de longitud, sobre el fondo de la ría, según ha informado este jueves la portavoz de la Diputación, Leixuri Arrizabalaga, tras la reunión del Consejo de Gobierno foral. Para ello, se están empleando medios que no son habituales, como una pontona, una embarcación con cuatro patas que se apoyan en el lecho fluvial, y embarcaciones que van transportando otros elementos grúas, pilotadoras o bombas de impulsión.

Los pilotes que sobresalen actualmente de la lámina del agua se recortarán una vez se ejecuten y hormigonen; sobre ellos se colocarán unos elementos que los unirán, llamados encepados. Sobre ellos se alzarán las pilas que soportarán el tablero de la estructura metálica del puente y los acabados del mismo.