Hay recién casados que ya quieren hacer el testamento, personas que se resisten –“parece que van a salir por la puerta y les va a pasar cualquier cosa”– y otras que se deciden empujadas por la muerte de un pariente o un accidente de avión. Pagan por este documento “entre 55 y 65 euros” y, si tienen la vecindad vasca, pueden apartar a un hijo o varios de la herencia. Igone Aretxaga, notaria de Balmaseda y secretaria de la Junta Directiva del Colegio Notarial del País Vasco, analiza estos casos.

Para apartar a un hijo o hija de la herencia la ley no exige dar explicaciones. ¿Se las ofrecen a usted?

Algo grave tiene que haber sucedido para que un padre no le quiera dejar nada a su hijo. Normalmente la gente te lo cuenta para justificarse.

¿Y cuáles suelen ser los motivos?

El más habitual es que haya habido una mala relación: No me hablo, llevo diez años sin saber nada de mi hijo, no puedo ver a mis nietos. Son causas graves de tipo afectivo. También hay hijos que tienen problemas con las drogas o el juego y no es recomendable que tengan bienes. Otra causa es haberle dado a un hijo en vida y no dejarle nada en el testamento para compensar con los otros. Esto suele estar hablado en la familia.

“Hay quien lo asume porque es consciente de que no se ha ocupado de los padres y otros que no se lo toman bien”

¿Suele haber un detonante para que los padres decidan dar el paso?

En algunos casos sí han tenido algún problema, pero no es lo habitual. Son situaciones que todos conocemos, como las familias en las que un hijo se encarga del cuidado de los padres, los lleva, los trae, y otro igual solo va el domingo a sacarlos de paseo y ya. Eso hace mella en las personas mayores, que se ven desatendidas. Cuando un padre ha tomado esa decisión es porque está muy dolido. Incluso hay veces que te cuentan esto, pero no se atreven a no dejarles nada.

Y a la hora de repartir la herencia, ¿reciben lo mismo que el resto?

Hay hijos que dicen que no quieren nada cuando hay obligaciones, pero cuando los padres fallecen, la herencia está encima de la mesa y los padres no han otorgado ninguna disposición donde no les dejen nada, algunos son consecuentes y no quieren nada y otros vienen a heredar como el resto.

¿Cómo reaccionan cuando se enteran de que sus padres sí los han apartado de la herencia?

Hay gente que lo asume porque es consciente de que no se ha ocupado de los padres y hay gente que no se lo toma tan bien. Su reacción inicial es la de decir que el padre o la madre no tenía capacidad, que le han llevado y lo ha hecho, pero no es así. Esos testamentos se otorgan en presencia del notario, que es el que controla la capacidad. Aun así, normalmente se echa mano de eso, de alegar una posible falta de facultades o una coacción por parte del resto de los hermanos.

“Normalmente alegan una falta de capacidad de los padres o coacción por parte del resto de hermanos”

¿Suelen recurrir esa decisión?

Hay gente que acude a los tribunales. Yo llevo en Balmaseda 14 años y me ha tocado ir tres veces al juzgado como testigo. Dices: Qué pena no haberle grabado al señor dándole la explicación a su hijo. Hay gente que lo acepta: “No he querido saber nada de mi aita, pues ahora tampoco” y gente que opta por la falta de capacidad o que ha venido manipulado. Eso suele ser bastante habitual.

En estos juicios se entiende que primará su palabra como notaria.

No se me ocurriría autorizar un testamento de alguien que no está en plenitud de facultades. Hay veces que les digo que me dan ganas de grabarles por si acaso luego vienen diciendo que están sin facultades y se ríen. “Estoy perfectamente, ya me ves tú”. Digo: “Sí, yo le veo que lo está”, pero sé lo que va a pasar porque no les va a hacer gracia, no les va a gustar.

Tiene que dar satisfacción ver que finalmente se hace ‘justicia’.

Sí, sobre todo cuando vienen tan enfadados: “Mi padre no tenía capacidad”. Su padre y su madre sabían perfectamente lo que hacían.

No les podrá explicar los motivos.

No, los notarios estamos obligados a guardar secreto.

¿Hay hijos que se interesan por la herencia antes de morir los padres?

Hay gente que viene con el padre o la madre a hacer testamento y habla de ellos como si ya se hubieran muerto y de sus bienes como si fueran propios. A ver, que están aquí, que todavía tuyo no es nada, que pueden vender el piso y gastárselo todo. De todos modos, eso no hace que los padres priven luego de la herencia a ese hijo.

¿Se puede dejar la herencia directamente a los nietos?

Sí. Cuando hablamos de la legítima es legítima de los descendientes y ahí estarían los hijos y sus descendientes.

¿Y dejarle todo a un sobrino?

—No, todo no puedes dejarle al sobrino. Debes respetar la legítima y con la parte restante puedes hacer lo que quieras, pero no suele ser habitual en un matrimonio que tiene hijos que son legitimarios dejarle a un sobrino.

“Hay gente que viene con el padre o la madre a hacer testamento y habla de ellos como si ya hubieran muerto”

Para dejar el patrimonio a alguien ajeno a la familia o una ONG, ¿también se debe respetar la legítima?

Sí, siempre tiene que haber una persona con derecho a la legítima que la reciba, salvo que exista una desheredación en base a una causa legal por la que yo prive a mi hijo. Yo puedo decir: “Mi hijo me ha maltratado o he sufrido una situación de abandono y le voy a desheredar, ni siquiera le voy a dejar la legítima y lo dejo todo a una ONG”. Mi hijo, al que no he dejado nada, podría impugnar esa causa, es decir, tiene luego que poderse acreditar, que justificar que ha existido.

¿Quienes apartan de la herencia a hijos tienen un gran patrimonio?

La gente con más patrimonio lo que suele hacer es dejarlo ya repartido entre los hijos. La mayoría de la gente con la que yo trabajo no tiene grandes patrimonios. Tienen su vivienda habitual, a lo mejor una segunda residencia y una cuenta en el banco. En ese caso es raro que repartan, suelen dejar a partes iguales. El hecho en sí de que sea un patrimonio mayor o menor no tiene por qué ser motivo para no dejarle nada a un hijo.

¿Algún caso le ha conmovido?

Me acuerdo de una señora que tenía varios hijos y vivía con uno, que es el que la cuidaba. Tenía intención de dejárselo todo a ese porque el resto no se ocupaban, pero no pudo hacer el testamento así porque murió meses antes de que entrara en vigor la Ley de Derecho Civil Vasco del año 2015 y en Balmaseda, que es una villa, regía el Código Civil. Se murió con esa pena. La gente mayor me toca mucho la fibra porque son vulnerables. Hay veces que se te echan a llorar.