El 12 de agosto de 1994 a través de una iniciativa popular se colocaba en Portugalete la ikurriña. La bandera tricolor se izó en el paseo de La Canilla en terrenos de titularidad de la Autoridad Portuaria ante la negativa del Ayuntamiento a ceder un espacio público para izar la enseña. Aquello se hizo como homenaje al centenario de la ikurriña y, ayer, 30 años después de esa iniciativa, 38 grupos sociales, políticos y culturales de la noble villa se unieron para homenajear a la bandera que representa al pueblo vasco. “El de hoy —por ayer— es un día muy bonito e importante, sobre todo, porque supone el inicio de una dinámica en nuestra villa.

Esta iniciativa ha despertado ilusión e interés en Portugalete tal y como demuestra el hecho de que se hayan sumado a la misma un total de 38 grupos. Además, se ha organizado todo con muy poco tiempo y el respaldo que ha recibido este homenaje ha sido muy importante. “Este acto es una manera diferente de hacer y construir pueblo, los símbolos son muy importantes y la ikurriña, junto al euskera, es lo que nos une como nación”, señalaron Iker Alcedo y Txema Ezkerra, dos de los impulsores de este homenaje que aspira a convertirse en una cita anual. De hecho, desde la organización ya se está trabajando en hallar una fecha fija en la que pueda realizarse este acto año tras año.

Decenas de personas acudieron al llamamiento realizado para reunirse a mediodía en la plaza San Roque de la noble villa. Los colores blanco, verde y rojo de la ikurriña eran las tonalidades dominantes en una mañana en la que el sol y el intenso calor también fueron protagonistas. Los txistularis abrieron la kalejira que partió desde el entorno de la plaza San Roque de la noble villa y que transcurrió por varios puntos clave del Casco Viejo jarrillero. Por su parte, las dantzaris llevaron una gran ikurriña extendida que se convirtió en el gran punto de referencia de la kalejira que fue marcando el ritmo de la matinal en Portugalete.

Paso a paso, las decenas de personas que se reunieron en la localidad de Ezkerraldea para homenajear a la ikurriña se fueron aproximando hasta el paseo de La Canilla, punto en el que se culminaría la kalejira. Allí, se leyó un manifiesto en defensa de la ikurriña y en el que también se recordaron las distintas prohibiciones e ilegalizaciones que tuvo que padecer la enseña vasca y, por extensión, el pueblo vasco a causa del régimen franquista. “No queremos ser más que nadie, pero tampoco menos. Queremos tener los mismos derechos que otros pueblos”, enfatizaron antes de que se izase una nueva ikurriña en la misma farola en la que, hace justo tres décadas, se izó por vez primera la bandera vasca en la vía pública portugaluja.

El acto de izado de la ikurriña fue sencillo, pero estuvo cargado de emoción y simbolismo. Los txistularis pusieron el ritmo, las dantzaris los pasos y la ciudadanía jarrillera la banda sonora en forma de aplausos antes de que la ikurriña se alzase al cielo jarrillero. Portugalete recordó ayer una parte muy significativa de su historia con el 30 aniversario del izado de la ikurriña y, además, reforzó el compromiso de una parte importante de su tejido social con la enseña que une a toda la ciudadanía vasca bajo los colores rojo, verde y blanco.