El 25 de enero de 2023, los camiones empezaron a pagar un peaje por circular por dos de las carreteras convencionales del territorio, la N-240, entre El Gallo y Ubidea, y la BI-625, de Laudio a Basauri. Su objetivo era desviar hacia vías de alta capacidad los miles y miles de vehículos pesados que circulan por ellas. Y, en base a los datos, parece que ha logrado su propósito: el paso de trailers por el alto de Barazar se ha reducido un 42% en un año, lo que supone eliminar dos de cada cinco que hacían uso de esa carretera. Por su parte, por la autopista AP-68 circulan 1.216 camiones más cada día.

Los primeros arcos de pago por uso se instalaron en las dos carreteras que unen el territorio con la meseta a través de Araba. Llegaba un modelo generalizado en todo el continente europeo, salvo algunas excepciones: la mayor parte de los gobiernos europeos ya aplica sistemas de pago por uso al transporte pesado y otros van completando su integración -Letonia está ya al 86% de su red, Francia al 76% e Irlanda al 38%-. Lo hacía con el ambicioso propósito de desviar, al menos en parte, los camiones que a diario pasan por Barazar, Lemoa o Kanpazar, hacia vías de alta capacidad, evitando así accidentes, contaminación y el deterioro de las propias vías. En ambos casos se estableció un canon inferior al máximo permitido por Europa -las tarifas varían en función del número de kilómetros que se recorren- y se acompañó con descuentos, tanto por frecuencia de uso como para los vehículos más eficiente. Están obligados a abonar estos peajes tanto los vehículos pesados de clase I, que tienen un peso de entre 3,5 y 12 toneladas, como los de clase II, aquellos que superan las 12. Se colocaron arcos de control con sistema free-flow -nueve en la N-240 y otros diez en la BI-625-, equipados con detectores de tránsito e identificadores de vehículos para poder aplicar un canon sin necesidad de detener el tráfico. “El pago por uso se constituye como una forma equitativa de que los transportistas contribuyan de manera proporcionada a la financiación de los costes asociados de las vías gravadas de acuerdo a lo establecido por las directivas europeas”, recordó recientemente el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Carlos Alzaga.

Casi año y medio después de su implantación, ya se conocen los resultados: por el alto de Barazar circulan un 42% menos de camiones. Si en 2022 utilizaban la N-240 para salvar este paso de montaña 2.098 vehículos pesados cada día laborable, el año pasado, tras la entrada en vigor del pago por uso a finales de enero, esa cifra se redujo hasta 1.207, según los datos del informe que elabora todos los años la Diputación con las intensidades de tráfico en cada una de las carreteras de la red viaria de Bizkaia. Supone que dos de cada cinco trailers ya no atraviesa esa zona en sus desplazamientos, ya que han preferido, por ejemplo, pagar el peaje de la autopista AP-68, con más carriles y un trazado más amable, en lugar de este canon. Un poco antes de llegar al alto, en Zeanuri, el descenso es aún más acusado: los 2.190 camiones que circulaban hace dos años se han quedado en la mitad, 1.055 al día. En Artea el número de vehículos pesados se ha reducido de 2.550 a 1.369, en Arantzazu de 2.237 a 1.151, en Igorre de 2.306 a 1.525, y en Lemoa de 2.443 a 1.665.

Esa disminución se hace notar también en el porcentaje que representan los camiones sobre el total de vehículos: en Barazar, por ejemplo, han pasado de representar un 39,1% a un 23,8%; en Zeanuri, si antes eran el 39,1%, ahora apenas alcanzan el 20%. Y así a lo largo de todas las estaciones de aforo de la N-240. 

Otro tanto, aunque no de forma tan acusada, ha ocurrido en la BI-625, entre Basauri y Laudio. A su pasado por Zaratamo, el paso de vehículos pesados ha descendido de 4.217 a 3.867; en Arrigorriaga de 1.859 a 1.308, y en Arrankudiaga de 1.422 a 1.083.

¿Y a dónde han ido esos camiones? Principalmente, a la autopista AP-68, que ha visto incrementado el tráfico de vehículos pesado de forma significativa. A su paso por Laudio, pasan hoy en día 1.216 camiones más, pasando de los 4.498 de 2022 a 5.714, un 27% más; no solo eso, si antes eran el 16,3% de los vehículos, ahora representan el 20,1% . Y a la altura de Arrigorriaga, han aumentado otro 19,8%, de 5.518 a 6.615.

Balance “Muy positivo”

“El sistema de pago promueve una red de transporte más verde y eficiente. Son miles de camiones diarios que en muchos casos estaban atravesando cascos urbanos, con el consiguiente impacto medioambiental y de seguridad para los vecinos”, considera Alzaga, quien realiza una valoración “muy positiva” de la puesta en marcha de este sistema que, a partir del 1 de julio, se ha ampliado también a la autopista A-8, entre Basurto y el Haya; el corredor del Txorierri, entre el nudo de Cruces y Erletxe, y la N-636, entre Beasain, en la muga con Gipuzkoa, hasta Durango, en el alto de Kanpazar.