Fue un trepidante viaje a bordo del Delorean, un regreso al futuro de la hostelería impulsado por el condensador de flujo, ¿se acuerdan? forjado en los talleres de DEIA. El periódico, con la vista puesta en el mañana, un destino al que pretende llegar junto a su población lectora, indagó en pos de las pruebas que dibujen una radiografía sobre cuál será el porvenir de la hostelería en los tiempo venideros. Intercaló a representantes del sector con responsables institucionales como la Diputación foral de Bizkaia y al Ayuntamiento de Barakaldo o más en concreto a la Diputada de Transporte, Movilidad y Turismo, Sonia Pérez, y a la alcaldesa de Barakaldo, Amaia Del Campo (habló sobre el difícil equilibrio entre la hostelería que a veces la demanda y a veces la denosta...) junto a dos ponentes más: Aitor Parte, en representación de Parte Servicios de Gestión, grupo formado por varios locales de restauración, como el conocido Amaren al frente (cuando puso en tela de juicio los tickets de clase media, de 40 ó 50 euros y la calidad de las terrazas de Bilbao levantó una polvareda...) y Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de hostelería de Bizkaia, voz replicante que recordó que hay hostelería que “no ven un solo turista al año” y aseguró que los tickets de los que hablaba Aitor “forman parte de la idiosincrasia de Bilbao. ¿La calidad de la hostelería en Bizkaia?”, se preguntó “Aunque les cueste escucharlo tengo que decir que está por encima de la guipuzcoana”.
En un acto dirigido por Sandra Atutxa tomó la palabra de bienvenida la directora de DEIA, Marta Martín. Miremos, antes de contarles lo vivido ayer en la terraza del Palacio Euskalduna, la realidad que hoy impera. El peso de la hostelería como sector económico en Bizkaia está fuera de toda duda; se trata de una actividad que genera riqueza y empleo al territorio. Su dimensión va más allá de lo económico: fijan su mirada en el papel que juega para darle cuerda al reloj de la vida social de la ciudadanía, por mucho que los números canten: los negocios del sector servicios más frecuentes en Euskadi son los bares y cafeterías, que suman 7.098, seguidos de los restaurantes, con más de 4.000 locales. Bizkaia es el territorio en el que más bares, restaurantes y cafeterías se concentran. Tal cantidad proviene, como les decía en el comienzo, de un pasado en el que la hostelería se hizo con la calle. Veremos cómo sobrevive ahora.
¿Vivirá un regreso al futuro?, les pregunto con permiso de Marty McFly y Emmet Brown. En la intensa mesa redonda de ayer no quedó claro. Se habló sobre qué modelo de terraza sobrevivirá –el cambio climático las convierte en inevitables, si se considera que el tardeo es el pan nuestro de cada día de hoy...–, del futuro de los consumos (¿Dónde está la noche de los noventa?, se preguntó en la mesa...) y de si es posible o no flexibilizar los contratos para darles continuidad. De todo estos y de mucho más en un encuentro en el que DEIA salió a la calle con un tema de interés por bandera.
A la cita no faltaron el concejal Xabier Ochandiano, gente de diversas asociaciones como Sabin Arana, Janire Torvisco o Jorge Aio entre otros; el director general de Bilbao Ekintza, Javier Garcinuño, quien propuso a la hostelería que llegase “con propuestas” para trabajar mano a mano entre la Administración y la calle; el director de desarrollo de negocio de DEIA, Ibon Mujika, Aitziber Jauregi, Itziar Leal, Haizea González, Ana Rementeria; Antonio Seco y Jorge de Francisco, de la Cámara de Comercio; Eder Seara, Josu Barbero y Aingeru Barbero, de Alfa Distribución; Inés Jauregi, de Coca Cola, que junto a San Miguel y Alfa Distribución se sumaron al encuentro; Miguel Viadero, secretario del Club del Barman; la bartender, campeona de Bizkaia de coctelería, Ariadna Alonso, Josu Rotaetxe, Iraide Zorriketa, Juanjo Quiñones, Paule Sánchez Arieta, Julene Zamalloa; Ana Morgado e Ibon Ayastuy, presidente de ACE Barakaldo; Mónica Demekova, Alfredo Jiménez, Manolo Romero y otra gente que se sumó al cóctel de la terraza del Euskalduna, donde se habló de la reapertura, por etapas, del viejonuevo Boulevard a partir del 5 de agosto; un cóctel servido por Gastrobaske con Richar Fernández al frente y Sebastian López, Luisana Jiménez, Alexander Gutiérrez, Edurne Rodríguez, Luisa Mar Jiménez, Onintze Basterra, Zorione Oliden y Alda Hir Gil entregándose. La música en directo de Marta Uriona y Diego Lasheras lo bordó.

Tradición y cultura en la barra y sobre la mesa
La diputada foral Sonia Pérez Ezquerra apuesta por la calidad como polo de atracción
Diríase que la llegada del turismo crea un efecto propio de aquel bienvenido Mister Marshall de mediados del pasado siglo; algo que nos ha cambiado la vida para siempre, a nada que uno conjugue, en el vaso mezclador, su presencia con el nuevo mundo que nació tras la pandemia.
La diputada foral de Transportes, Movilidad y Turismo, Sonia Pérez Ezquerra, sobrevoló sobre estas y otras cuestiones en su intervención de ayer en el Palacio Euskalduna, donde tomó la palabra en el encuentro de hostelería organizado por DEIA que llevó por título de El Futuro de la Hostelería en Bizkaia, una cita donde saltaron la alarmas y se fortalecieron las esperanzas. Antes de que estallase el debate, Sonia Pérez Ezquerra presentó una radiografía sobre lo que se ve desde su atalaya foral.
Comenzó su alocución con un clásico de nuestros tiempos. “La hostelería ejerce una actividad importante”, dijo. “Porque más allá de satisfacer una necesidad presenta una experiencia que refleja la tradición y cultura de este pueblo”. La dirigente añadió que “superada la pandemia hemos detectado la necesidad que tenía el pueblo de estos lugares.” Subrayó que el nuevo mundo que se regeneró requiere “un salto de calidad, lo importante es el concepto cualitativo”, apuntó, antes de recordar que “la hostelería es, a menudo, la primera impresión que obtiene la persona turista cuando llega a Bizkaia. Hay que cuidarlo”.
Destacó algunas iniciativas forales como las rutas del txakoli y políticas propulsoras del enoturismo, defendió los métodos tradicionales en la barra y sobre la mesa y apostó por “la digitalización como un proceso de futuro”. Sin embargo, en su intervención de detuvo en uno de los santo y seña de la hostelería de Bizkaia. “Los pintxos son el mejor ejemplo de cómo se puede actuar para atraer el turismo. Quien llega a Bizkaia”, puntualizó, “se encuentra con una oferta singular y propia” y la hostelería se erige como “una cultura social única que favorece la interacción entre la persona turista y la residente”. Estas consideraciones fueron aplaudidas por la concurrencia con ánimo.