El de ayer fue un día muy especial en Portugalete. Pasadas las 12.30 horas se hacía efectiva la dimisión de Mikel Torres como alcalde de Portugalete poniendo fin a una trayectoria de 29 años en el Consistorio jarrillero, de los que 16 han sido como alcalde. El salón de plenos portugalujo se llenó hasta los topes de vecinos y periodistas para despedir a Mikel Torres, quien desde hoy ejercerá en Lakua como vicelehendakari y como consejero de Economía, Trabajo y Empleo del Gobierno vasco. De este modo, Torres cerró un ciclo que ha sido “un sueño hecho realidad”.

Desde que se anunció su dimisión y hasta la misma celebración del pleno en el que ha dimitido, ha recibido innumerables muestras de cariño. ¿Creía que la gente le tenía tanto afecto?

—La verdad es que ha sido abrumador el cariño que he recibido estos días por parte de vecinos y vecinas de a pie. El haberme despedido en el pleno con el cariño y el reconocimiento de todos los grupos también ha sido muy bonito. No puedo pedir nada más y estoy orgulloso de haber dejado ese poso en Portugalete. A partir de ahora podrán seguir contando conmigo como un vecino más y desde mi responsabilidad en el Gobierno vasco seguiré mirando hacia Portugalete de una forma preferente.

Había tenido otros ofrecimientos de nuevos puestos que había rechazado. ¿Por qué ahora sí ha aceptado marcharse del Ayuntamiento de Portugalete?

—Siempre dije que mientras los vecinos y vecinas de Portugalete quisieran que fuese alcalde, yo seguiría. Pero ha llegado un momento de cambio en Euskadi y mi partido me ha pedido dar un paso a un lado en Portugalete y darlo hacia adelante en Euskadi. Después de tanto tiempo aquí, quizá también era el momento de dar un paso a un lado en Portugalete. A veces hay que saber cerrar las etapas o ciclos y creo que este era el momento.

¿Tener ahora mayoría absoluta en el Ayuntamiento ha sido también un aspecto a tener en cuenta a la hora de tomar la decisión de dimitir?

—Sí. Porque dejo a mi partido en muy buena situación, con proyectos que se llevarán adelante, con unos presupuestos aprobados y con personas que tienen ya una trayectoria y una experiencia importante. Por todo ello, creo que era el momento adecuado para marcharme. No quiero ser un tapón para quienes vienen detrás, me voy tranquilo y en paz.

¿Qué balance hace de estos 29 años en el Consistorio jarrillero, de ellos 16 como alcalde?

—Lo mejor que me llevo es el cariño de los vecinos y vecinas de Portugalete que año tras año y legislatura a legislatura me han dado su apoyo incondicional. Todos los proyectos que hemos llevado a cabo los hemos intentado hacer con ellos y creo que hemos progresado en este tiempo de una forma espectacular. Tenemos nuestro tercer centro de salud en Buenavista, contamos con el polideportivo más moderno de Bizkaia como Pando Aisia, construimos la segunda central de basuras... Hemos hecho un Portugalete más moderno y tenemos un futuro apasionante. Quiero pedir perdón por los errores que he cometido y agradecer el cariño de la gente.

¿Se puede decir que ha cumplido un sueño siendo alcalde de Portugalete?

—Cuando llegué con 24 años al Ayuntamiento como concejal, jamás imaginé que llegase a ser alcalde y, mucho menos, haber estado 16 años en el cargo. Es un sueño hecho realidad y solo puedo estar agradecido por haberlo vivido.

¿Cuál ha sido su mejor momento como alcalde?

—Sin lugar a dudas la celebración del 700 aniversario de la villa. Ahí nos mostramos a Bizkaia y a Euskadi tal y como somos en Portugalete.

¿Y el peor?

—Pues haber tenido que vivir doce años con escolta. Mi hija nació teniendo yo escolta y eso ha sido, posiblemente lo peor. Por suerte, todo aquello acabó. Luego, la pandemia fue durísima.

¿Qué le diría a la ciudadanía jarrillera a modo de despedida como alcalde?

—Les diría que gracias por haberme brindado su apoyo en todo lo que hicimos, gracias por haber mirado hacia el futuro de nuestra villa, un porvenir que hemos construido entre todos y todas.