El Primero de Mayo es, para muchas personas, un día señalado para salir a la calle y manifestarse en favor de los derechos de los trabajadores. Para la mayoría de la población es un festivo más, una jornada de asueto de la que poder disfrutar sin ataduras ni obligaciones haciendo cada cual lo que más le gusta. Pero, para un porcentaje nada desdeñable de la ciudadanía, es un día más en la oficina. Porque el mundo no deja de girar y son muchos los servicios que deben ser atendidos por trabajadores que no pueden conmemorar su festividad ni sumándose a las convocatorias sindicales ni tomándose un merecido descanso. Mujeres y hombres a quienes les ha tocado este miércoles hacer su particular reivindicación desde su puesto de trabajo, con el mazo dando. DEIA ha conversado con cuatro personas que han pasado el 1 de mayo cumpliendo con sus obligaciones laborales y que, por las características de sus profesiones, lo tienen asumido. Eso sí, cada uno a su manera.  

Sebas - Conductor de Bilbobus

Sebas es conductor de Bilbobus desde hace casi 30 años. Tiene asignada la línea 57, la que discurre entre Miribilla y el Hospital de Basurto. La jornada laboral de este miércoles la afrontaba “resignado”, porque a estas alturas, después de tres décadas al volante de un autobús urbano, “ya sabes lo que hay y no queda otra que hacerte a la idea”. Reconoce que, con el tiempo, uno se acostumbra a tener que trabajar en festivos: “Cuando empiezas es diferente, pero ahora te lo montas de otra manera. Es un día más, yo me lo planteo así”.

A Sebas le ha tocado madrugar y conducir durante muchos Primeros de Mayo, pero para él no es el peor día para estar al pie del cañón: “Te da rabia especialmente cuando son festivos importantes. Sobre todo los de Semana Santa, porque ves que todo el mundo se va por ahí y tú te quedas. Pero en un día como este igual trabajas hasta más tranquilo que en otro cualquiera”.

“Para mí es un día de reivindicación, pero mucha gente solo piensa en aprovechar para irse por ahí”

En cualquier caso y por mucho que esté hecho a las circunstancias, para este chófer de Bilbobus no tiene nada que ver librar un festivo con hacerlo un día laborable: “Tengo los hijos en casa y no es lo mismo. El fin de semana puedes hacer planes y entre semana te quedas en casa, porque tienes que estar ahí”.

Aunque este miércoles no era el caso, Sebas ha acudido en más de una ocasión a las manifestaciones del Primero de Mayo. Él tiene claro que en esta jornada debe primar el carácter reivindicativo y más si cabe en estos momentos, en los que la plantilla de Bilbobus mantiene una huelga indefinida, en la que de lunes y viernes solo cumplen con los servicios mínimos establecidos: “Para mí es un día de reivindicación, pero hay muchas personas que se lo toman como festivo, que solo piensan en que no tienen que trabajar y en aprovechar para pirarse por ahí”. 

Amaia, en el Hospital de Basurto, donde trabaja como operaria de limpieza Pankra Nieto

Amaia - Operaria de limpieza del Hospital de Basurto

Amaia trabaja en los servicios de limpieza del Hospital de Basurto y asume sin agobios el tener que dar el callo en días como este. “Estoy acostumbrada a manejar un calendario en el que debo trabajar en festivos y además, después de haber estado unos cuantos años en el paro, no lo llevo mal”, dice.

Como ocurre con casi todo, Amaia ve pros y contras en el hecho de tener que cumplir con sus obligaciones laborales mientras familiares y personas allegadas disfrutan de su momento de ocio: “En un festivo por la mañana, si la planta está llena, la carga de trabajo es la misma que en cualquier día de lunes a viernes. Pero, por la tarde, los festivos normalmente son más tranquilos”. Otra historia es la afección fuera del ámbito laboral: “Si quieres hacer vida social, estás muy limitada. Es un trabajo duro y, sobre todo para las que tenemos cierta edad, cansa. Llegas a casa solo con ganas de descansar. Pero lo sobrellevas”. 

“En las manifestaciones del Primero de Mayo apenas hay gente joven. La mayoría somos carrozones”

Admite esta operaria de limpieza que levantarse de la cama y acudir al hospital “cuesta más cuando son días como este Primero de Mayo o en fin de semana y ves a la gente divirtiéndose por ahí, te da más pereza”. Pero tampoco tiene demasiada envidia de aquellas personas que trabajan de lunes a viernes y libran todos los festivos: “No sabía qué decir. Ya me estoy acostumbrando y solo pienso en la jubilación”.  

Respecto al carácter de la jornada de este miércoles, entiende Amaia que, “debería ser una jornada de reivindicación, pero para la mayoría de la gente es un día de fiesta. Alguna vez que he ido a las manifestaciones del Primero de Mayo, te das cuenta de que apenas hay gente joven, la mayoría somos carrozones”.

Juan, tras la barra del bar Briñas Berria Pankra Nieto

Juan - Camarero

“Es una putada”, afirma con contundencia Juan cuando se le pregunta cómo encaja lo de tener que trabajar en un día como este. Como es habitual, le ha tocado atender la barra del bar Briñas Berria. Por tanto, a continuación matiza su respuesta inicial: “Te acostumbras a ello, y mas los hosteleros, que trabajamos de lunes a domingo. En realidad, me da lo mismo trabajar un lunes que un domingo o que un festivo como el Primero de Mayo”.

Y es que este joven camarero dispone de poco tiempo para su ocio personal: “Tengo dos trabajos. Cuando libro aquí, curro en el otro”. Es un sacrificio, sin duda, pero lo gestiona bien. “Me gusta lo que hago, si no no estaría aquí”, asevera. La idea de un puesto en una oficina de lunes a viernes y librando los festivos no le seduce en exceso: “Habrá gente a la que sí le dé envidia, pero a mí no. Algunos preferirán descansar los fines de semana y festivos. Yo, particularmente, prefiero librar un día laborable, en el que tengo todo abierto, que un domingo en el que está todo cerrado”.

“Para mí es un día normal. Si hay que trabajar un festivo, se trabaja, alguien tendrá que levantar el país”

Juan admite no haberse manifestado nunca en un Primero de Mayo y cree que, aunque haya personas que salgan a la calle para reclamar mejoras en las condiciones laborales, “la mayoría de la gente se lo toma como una fiesta más. Los que tienen suerte no van a trabajar, pero para mí es un día normal. Si hay que trabajar los festivos, se trabaja. Alguien tendrá que levantar el país”.  

Arantza, en la estación de Feve de Basurto, donde atiende la taquilla Pankra Nieto

Arantza - Taquillera de Feve

A diferencia de Juan, Arantza no tiene ningún reparo en confesar que a ella sí le dan envidia las personas que descansan sábados, domingos y fiestas de guardar. “A mí sí me gustaría tener un trabajo de lunes a viernes, pero toca así”, señalaba este miércoles, día festivo, desde la estación de Feve en Basurto, donde atiende la ventanilla. Lleva en este trabajo dos años y ya empieza a a acostumbrarse a este tipo de calendario, en el que los días de libranza se van rotando por turnos. Con todo, admite que no se afronta de la misma manera una jornada en día laborable que en un festivo. “Se lleva lo mejor posible, regular”, exclama con resignación. Era la de ayer una jornada tranquila, porque al ser Primero de Mayo, el volumen de viajeros era muy inferior al que se puede tener cualquier otro día. Lo peor es dejar a la familia y a las amistades disfrutando del tiempo libre: “Eso sí es complicado”.

“En un día como este sería interesante manifestarse por el salario, las condiciones laborales... Habría que reflexionar mucho y cambiar muchas cosas”

A Arantza, en otros destinos, le ha tocado trabajar muchas veces en esta fecha señalada. Y aunque reconoce que ella no se ha sumado nunca a una manifestación en el Día del Trabajo, entiende que hay razones más que sobradas para hacer hincapié en el aspecto reivindicativo de la jornada, frente a la tendencia generalizada a tomárselo como una oportunidad más para la evasión: “Me parece que en un día como este sería interesante manifestarse por cuestiones como el salario, las condiciones laborales.... Habría que reflexionar mucho y cambiar muchas cosas”, concluye la taquillera.