UN cuerpo sin vida yace en el suelo de la capilla Urrutia. El del párroco de la iglesia de San Severino. El equipo forense se afana en radiografiar los detalles de lo que, a todas luces, parece un asesinato. Ayer domingo hicieron lo propio cerca de 170 personas, lectores y lectoras de El ritual de los caminos, cuyos escenarios en Balmaseda descubrieron de la mano del propio autor. Se trata del arranque de la trilogía escrita por Sergio Pérez, natural de la villa, que acaba de publicar el último capítulo de las investigaciones del periodista Asier y la criminóloga Lucía. En algunos momentos de la visita se emocionó al ver cobrar vida a sus personajes con los diálogos que él ideó en fragmentos teatralizados y con música cantada aplaudidos por el público.

Al llegar junto a la estatua del indiano Martín Mendia, donde se había establecido el punto de encuentro, las personas asistentes recibieron un tríptico informativo con los puntos de referencia, incluidos los de fuera del municipio. En la escuela de La Serrana, en Piornal, Cáceres, transcurre una de las líneas temporales, crucial para el desarrollo de la historia por sus consecuencias en el presente. En San Lorenzo de El Escorial reside Inmaculada, amiga de la infancia de la madre de la protagonista y también se menciona Robledillo de Gata, en Cáceres.

Sergio Pérez escribió El ritual de los caminos para cumplir la promesa que le hizo “a un primo de mi madre” de que plasmaría sus recuerdos de malos tratos a alumnado de un colegio en el que estudió. Lo enlazó con Balmaseda, su patrimonio y fechas clave en el calendario de eventos. Precedidos por la fama de sus habilidades investigadoras, los personajes de Lucía y Asier colaboran con la Policía Judicial en la resolución del misterio del cura y otros que van surgiendo a través de las páginas.

Dado que el libro salió a la venta en 2022, ayer los asistentes a la visita se ayudaban mutuamente a refrescar el argumento. “Yo creo que el villano no tiene un perfil psicopático, más bien sufre las consecuencias de un trauma de la infancia”, planteó una señora.

A su lado, Jorge Gómez Balenziaga, de Alboan Servicios Turísticos, enriqueció el recorrido con apuntes históricos sobre Balmaseda: el carácter estratégico de cruce de caminos comerciales, los cambios que supuso el estatus de villa, el impacto de las guerras del siglo XIX, la recuperación económica y transformación social que aparejó el tren de La Robla o los datos que están revelando las excavaciones arqueológicas en el Cerro del Castillo.

Teatralizada

Allí se desarrolló el punto culmen de la mañana: la representación del fallecimiento del culpable de los crímenes en presencia de la protagonista mientras un dispositivo de la Ertzaintza intentaba llegar hasta ella para salvarla de un posible ataque. En la novela se cruza con la celebración del mercado medieval. Además, desde la colina, Sergio Pérez indicó dónde se encuentra el caserío que le sirvió de inspiración para recrear la casa de Jacinto, el querido tío de Lucía.

“Hasta hace pocos años pensábamos que el Cerro del Castillo databa de un período similar al Puente Viejo románico con añadido del torreón del siglo XV y la muralla. Gracias al estudio impulsado por Orexinal hoy sabemos que a mediados del siglo X ya había una construcción”, precisó. Esta asociación cultural sirvió una comida en el Palacio Horcasitas al concluir el paseo. Saludaron a cada comensal con un mensaje de bienvenida en las mesas: “Desde que el 5 de agosto de 1498 el balmasedano Pedro de Terreros fuera el primer europeo en pisar el continente americano, las alubias, los pimientos, las patatas, el maíz y las calabazas pasaron a ser parte fundamental de la gastronomía vasca. Casi 500 años después comenzó en Balmaseda una tradición de guisar alubias que dura ya más de cincuenta años, en un mágico invento desarrollado por el ingenio y la necesidad de los ferroviarios. Desde Orexinal estamos orgullosos de acompañar a Sergio Pérez en la visita y ayudar a que toda su gente amiga se lleve un recuerdo mágico del transitar por nuestros caminos de la infancia”.

Lugares como la plaza en la que florece una ‘B’ de Balmaseda frente al Puente Viejo, donde se asoma el hogar de Lucía en la ficción y el portal con arco del hospital de peregrinos que eligió como residencia de Asier, el bilbaino enamorado de la villa que se muda para estar a un paso de su amiga.

Duelos a espada

En el esclarecimiento de los hechos resulta indispensable el refugio antiaéreo de la Guerra Civil situado detrás del edificio consistorial. “Llegaba hasta la calle Correría, lo que no se ha podido comprobar es lo que cuenta la leyenda de que había túneles que comunicaban con el Puente Viejo”, expuso Jorge Gómez Balenziaga. En torno a la finca de Zoko Maitea, recientemente adquirida por el Ayuntamiento, pivota otro de los arcos cronológicos del pasado. “¿Quién no se ha colado en la infancia a jugar por aquí?”, preguntaba una vecina. El propio escritor admitió haberlo hecho y descubrió dentro de la casa “fotografías de niños fallecidos”, una antigua costumbre. Jorge Gómez Balenziaga recordó que se rumoreaba que el político y arquitecto Félix de la Torre, casado con la heredera del terreno y que construyó la casa en 1908, falleció en 1911 por un duelo. Un primo le relató que su abuelo presenció, años después, un enfrentamiento con espadas en la zona y a uno de los implicados morir.

Trilogía ‘Los hijos de la fe’

Desenlace

En librerías. Sergio Pérez publicó hace unos meses ‘La iglesia de Judas’, que cierra el capítulo de los personajes de Lucía y Asier en la trilogía llamada ‘Los hijos de la fe’. Discurre en su mayor parte fuera de Balmaseda.

Evangelios

Trama. La razón de la salida de Enkarterri es que para la acción necesitaba iglesias consagradas a los santos evangelistas como las de Sevilla, Cáceres o León en las que ambienta esta novela.

Éxito

Nueva editorial. Sergio Pérez ha fichado por la editorial Cosecha Negra que, además, ha reeditado las dos entregas previas con las pesquisas de la criminóloga y el periodista.